El acto se inició con la intervención de la Orquesta Clásica Santa Cecilia, que interpretó la Novena Sinfonía de Beethoven en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Madrid. A continuación se realizó la entrega de premios. El último fue para la Real Banda de Gaitas, que recogió Manuel Baltar, por lo que la presentadora aprovechó para dar paso a la formación musical ourensana, que entró en escena interpretando la "Marcha do entrenzado de Allariz", seguida de la Alborada de Veiga, la Muiñeira de Chantada, "Cantigas de Ourense", un "Saúdo de percusión" para la Reina Sofía, cantares populares de diversos puntos de Galicia, el "Himno do Antigo Reino de Galicia" y puso punto final a la intervención interpretando la Novena Sinfonía de Beethoven, como réplica a la sinfonía inicial, por lo que dejó con la boca abierta a muchas personas.
Xosé Lois Foxo realizó esta selección de melodías, al considerar que "son las más representativas" de Galicia. "El Entrenzado de Allariz es una melodía medieval, que se conserva del mundo celta: la tocan igual en Irlanda, que en Escocia, en la Bretaña francesa y en Galicia, sin variantes". Y se ha complementado con la Alborada de Veiga y la Muiñeira de Chantada, que "representan la esencia de la música gallega".
La Real Banda utiliza gaitas en tres tonalidades distintas -en si bemol y en fa agudo y fa grave-, alimentadas con soplo mecánico, mediante la utilización de un barquín, un elemento que se popularizó en la corte francesa, en el siglo XVI. Solo utilizaban el barquín las mujeres, en la corte gala.
Gracias a la utilización de gaitas afinadas en tres tonos, la Real Banda puede interpretar cualquier tipo de melodía, como la Novena Sinfonía de Beethoven o el Himno de Corea del Sur, que tiene entre sus grabaciones. Frente a esto, se encuentra la gaita tradicional, mucho más limitada.
La gran revolución de Xosé Lois Foxo fue convertir la Real Banda de Gaitas en "una agrupación polifónica, sinfónica. "Puede hacer polifonía. Sin embargo, con gaitas afinadas en el mismo tono no lo consigues... Y hemos cambiado mucho la imagen". La disciplina, la indumentaria y la puesta en escena son factores fundamentales para esta agrupación.
A lo largo de la historia, la gaita siempre fue un instrumento popular, pero poco valorado, salvo en el siglo XIV, en el que llegó a tener mucha relevancia, según refleja la iconografía. Pero más tarde volvió a entrar en decadencia.
