La Asociación Animalista Libera ha realizado esta semana una campaña para erradicar el uso de bueyes ensogados en Allariz, un espectáculo "similar a otros eventos taurinos de la geografía española, que se realiza desde su recuperación en 1983". Consiste, fundamentalmente, en correr por las calles del municipio ourensano, junto a un bóvido con cuerdas en sus astas. Este colectivo logró reunir más de 7.000 firmas para reclamar la supresión de la tradicional Festa do Boi.

Los animalistas advierten que se trata de uno de los pocos espectáculos de carácter taurino fuera de cosos que se realiza en Galicia, sumando este año la Feria de la Peregrina de Pontevedra, y su autorización corresponde, al igual que para las corridas de toros, a la Xunta de Galicia, que lo califica como "festejo popular taurino" y que guarda semejanzas con los "bous ensogats" de la Comunitat Valenciana y de las Terras del Ebre catalanas.

En este sentido, el colectivo en defensa de los animales señala que, aunque no genera el mismo nivel de sufrimiento físico y psíquico que una corrida de toros o de un toro embolado, aquel al que se le coloca fuego en los cuernos, "los bueyes sí tienen un elevado grado de estrés y desarrollan una situación de maltrato psíquico, tal y como señalan informes realizados por profesionales veterinarios al respecto" del empleo de animales en espectáculos sin muerte.

Para la Asociación Animalista Libera la programación que realiza cada año el Concello de Allariz puede ser fácilmente reorientada hacia la conservación del patrimonio sin tener que seguir explotando animales para su interpretación. Por ello proponen ideas alternativas como la convocatoria de un Festival de música folk que siga modelos de negocio como Ortigueira y Bergondo, con casi dos décadas de antigüedad, y la creación también de un ciclo de jóvenes promesas de la música que realicen interpretaciones por las calles del municipio ourensano.

La iniciativa de los animalistas también se enmarca en "la necesidad de visibilizar prácticas con bóvidos que sólo generan rechazo en la ciudadanía, por su cercanía organizativa con otros espectáculos taurinos, y por la necesidad de abolir el sufrimiento animal".