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La acusada al sicario que contrató para matar a la jefa de su ex: "No hay error posible"

Sonia Coello, que ya fue condenada en 2013 por un hecho similar, se enfrenta ahora a 12 años

Sonia Coello tras declarar ante el juez en 2014. // Jesús Regal

Sonia Coello, condenada a tres años de prisión en 2013 por contactar con un sicario por internet para que matase a su expareja y padre de su hijo, regresa la semana que viene al banquillo de la Audiencia Provincial de Ourense por reincidir. En esta ocasión, el blanco de su plan era la jefa de su ex, con quien creía que este había iniciado una relación sentimental. El juicio se celebra el jueves 17, a las 10 horas.

El fiscal la acusa de un delito de proposición para la comisión de un delito de asesinato con la agravante de reincidencia y pide 12 años de prisión y la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 300 metros durante 15 años. La acusación lleva a su escrito de calificación que la sentencia condenatoria previa refleja que la acusada está "afectada por un trastorno adaptativo con síntomas depresivos y ansiosos para el que recibía tratamiento farmacológico y psicológico en la fecha del hecho", pero sin que esto disminuyese o anulase su conciencia y voluntad. En estas circunstancias, Sonia Coello contactó con un ciudadano ecuatoriano a través de internet con la intención de contratarlo para acabar con la vida de esa mujer. A través de numerosos correos electrónicos, algunos de los cuales recoge el fiscal en su escrito, la acusada le va informando de lo que tendrá que hacer para "acabar con la vida de una persona" y que incluso pueden ser dos. En los primeros días de junio de 2014, Coello es explícita: "El trabajo son dos partes, coger a la persona y terminar?", "...No hay posibilidad de error?., con la Taser se la puede dejar inconsciente cuando se quiera?", "se hace todo con la Taser que no mancha nada, al electrocutar en el cuello deja inconsciente y al darle varias veces en el pecho liquida". El sicario se asustó y avisó a la policía, lo que propició la detención de la mujer el día que fue a recogerle a la estación de tren. En el maletero del coche llevaba pico, pala y la pistola eléctrica que, curiosamente, no funcionaba.

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