Los bomberos de Ourense están bajo mínimos; la plantilla no ha dejado de adelgazar en los últimos años. Las dos últimas jubilaciones, entre 2015 y 2016, dejan el total de profesionales en 52. El parque alcanzó un máximo de 71 efectivos en 2006, por lo que el recorte sufrido en la última década se aproxima al 27 %. La dotación del servicio de extición y emergencias supone la mitad del ratio recomendado por la Unión Europea (UE), de 1 bombero por 1.000 habitantes. Los turnos se han reducido a un mínimo viable de 11 profesionales.
Las emergencias son imprevisibles y el riesgo aumentaría en caso de eventualidades simultáneas. La exigencia, además, se dispara a partir de los próximos meses, dado que el municipio de Ourense tiene zonas de alto riesgo de incendio forestal en las dos orillas del Miño.
La plantilla se queja, además, de carencias de material, pese a que el Concello inició un expediente de 184.300 euros para incorporar un furgón de rescate. "En el parque seguimos teniendo las mismas carencia de efectivos y material. Nuestra ropa, por ejemplo, es para incendios industriales pero no cumple la normativa de riesgos laborales para emplearla en incendios forestales. Después desconocemos por qué hay almacenados desde hace 3 meses, sin uso, cascos para intervenir en fuegos en el monte y rescates ", dice Alberto Vázquez Mosconi, de UGT.
Las carencias de personal cargan a la plantilla disponible. "Trabajamos más de 1.900 horas al año", subraya el sindicalista. La promoción interna a cabos de 7 conductores o bomberos lastró el cuadro, al igual que la dos últimas jubilaciones sin cubrir, que se suman al déficit acumulado en años. Según la concejala competente, Flora Moure (PP), el Concello tiene la intención de convocar 9 plazas -los 7 ascensos más las 2 últimas jubilaciones-, aunque la oferta pública dependerá de la aprobación presupuestaria. "De momento no hay bases aprobadas", recela Mosconi.
