El sospechoso de prender fuego a la vivienda donde vivían su exmujer y una hija en común de edad adolescente fue agente de la Guardia Civil. Estuvo menos de 3 años en el instituto armado. Fue expulsado por sus ilegalidades. Constan dos condenas por tráfico de drogas. Luis G.G., de 47 años, se enfrenta ahora a cargos por malos tratos, coacciones, amenazas y un posible delito de incendio con riesgo para las personas, cuya pena es muy elevada frente al simple delito de daños por incendio. Cuál se le atribuye lo dirá la investigación. Por estos presuntos delitos la Fiscalía pidió ayer su ingreso preventivo entre rejas. La magistrada de Instrucción 3, Eva Armesto, sede especializada en Violencia de Género, decretó su ingreso en el centro penitenciario de Pereiro al apreciar el riesgo de que pudiera atentar contra la exmujer y su hija, así como la posibilidad de que pudiera destruir pruebas, puesto que el caso no está cerrado.

La Policía Nacional aún debe finalizar los análisis de laboratorio para concluir qué acelerante fue utilizado en el incendio de la vivienda de la calle Río Tuño, en el barrio ourensano de O Vinteún. Los bomberos hallaron 5 focos distintos. Las llamas se propagaron por el pasillo, y el fuego y el humo dejaron inhabitable el domicilio, donde madre e hija adolescente vivían de alquiler.

La mujer llevaba 3 meses sin convivir con el sospechoso. Se habían separado sin que mediaran denuncias previas por malos tratos. Tras enterarse de que su casa había ardido por un incendio provocado, la mujer dijo a la Policía que el individuo la había sometido durante la relación a amenazas y malos tratos físicos y morales.

Luis G. G. era detenido la tarde del miércoles, por agentes del Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Comisaría Provincial de Ourense. Prestó declaración ante la Policía y ayer también se sometió a un largo interrogatorio. Antes declaró la víctima, que relató una situación de malos tratos habituales, insultos y amenazas constantes, incluidos episodios presenciados por sus hijos.

Tras estar en las viñas, al bar

El principal sospechoso del incendio provocado se desvincula da él. La mujer se marchó de casa el miércoles por la mañana y no cerró con llave. La Policía sospecha que el exmarido usó una llave o utilizó una tarjeta o radiografía para franquear la cerradura. La mujer tampoco descarta que le quitara una copia a sus hijas. Él niega su implicación en todos los cargos, incluida la violencia machista denunciada por su expareja. Su argumento es que a la hora del incendio, la mañana del miércoles, estuvo en unas viñas en Cortegada y posteriormente en el bar, donde asegura pueden buscarse testigos.

El sospechoso, que se acogió a su derecho a no declarar en algunas de las preguntas formuladas, trabaja en el sector forestal. Fue interrogado por el hecho de que pudiera haber utilizado combustible de una motosierra para prender fuego en la vivienda de su expareja. También lo negó. Dijo que la última vez que compró gasolina fue la semana pasada. Que tenga acceso a un material inflamable es un indicio más para los investigadores.

Cuando se declaró el incendio, minutos antes de las 9 de la mañana, la mujer ya estaba trabajando en su puesto, un supermercado. Presuntamente, el individuo llamó a su centro de empleo para saber si ella se encontraba ya allí.

El Concello se comprometió a realojar a madre e hija tras quedarse sin vivienda. El Centro de Información Municipal á Muller (CIMM) está trabajando en posibles ayudas y apoyo de tipo psicológico.