Hasta 5 focos localizaron los bomberos y la Policía Científica en el piso al que el presunto maltratador habría prendido fuego. Los profesionales de extinción hallaron evidencias del uso de un compuesto acelerante para favorecer la combustión. La Policía Científica recogió muestras para que el laboratorio central, en Madrid, determine qué clase de químico es. Además, el individuo apiló presuntamente prendas de ropa de las víctimas para ayudar a que diseminar las llamas por el domicilio. El fuego y el humo afectaron a toda la vivienda, destrozada. Fuentes de la investigación explicaron que en la inspección ocular también se encontraron peluches "apuñalados".