La fauna avícola que había sido hace décadas una de las señas del identidad del Jardín del Posío -un recinto verde inaugurado en el siglo XIX como el primer botánico de Ourense-, sigue perdiendo efectivos.
Al fallecimiento a finales del pasado año del pavo real albino, uno de los símbolos más populares de la avifauna del Posío -una noticia que se hizo viral pues, con sus veinte años cumplidos, se había convertido ya en el icono de varias generaciones de niños y mayores que acuden a este parque ourensano-, se suma ahora "la baja" del otro ejemplar de pavo real azul, el único que quedaba, en este caso por enfermedad.
Según técnicos de la Concejalía de Medio Ambiente del Concello de Ourense, este ejemplar, de avanzada edad, tiene una pata lesionada, y por recomendación del veterinario que controla las aves de este recinto público ha sido trasladado al centro de recuperación de aves de O Rodicio.
El mismo técnico afirma que "el veterinario recomendó que fuera internado en ese centro para facilita la recuperación al estar el animal sometido a un menor nivel de estrés". Precisamente la convivencia directa de estas aves y el resto de acuáticas con niños y mayores había sido motivo de crítica desde las filas de oposición.
Sin embargo los animales están "bien cuidados, con controles periódicos por parte de un veterinario y en estos momentos desde la Concejalía de Comercio se está planteando la adquisición de otros ejemplares para reponer los que han ido desapareciendo", indica Medio Ambiente.
De hecho ayer en la gran pajarera de la zona ajardinada del Posío solo había un gallo. En cuanto a las aves del estanque el número ha ido mermando en beneficio del asentamiento de aves migratorias, en su mayoría patos y otros ánades que eligen ese lugar pero no forman parte de la fauna estable que pertenecía antaño al Concello de Ourense.
El Jardín del Posío nació a mediados del siglo XIX con inspiración de Jardín Botánico, pues era un complemento de la cátedra de Física, Química e Historia Natural del Instituto de Segunda Enseñanza, lo que hoy es el Instituto Otero Pedrayo.
En aquel momento llegó a haber 200 especies botánicas diferentes, y un herbario con más de medio millar de plantas, así como un paseo de palmeras que habían sido trasplantadas en 1899.
En la actualidad sus tres terrazas tienen, tras la remodelación, un uso definido. La superior, como parque infantil; la del medio ,como explanada de juegos y paseos, y la última como zona ajardinada y de aves, esta última con una población más mermada.
