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Serrulla coordina desde Ourense un atlas de antropología forense único en el mundo

La investigación realizada por especialistas de toda España mejora la fiabilidad diagnóstica y ha sido demandada por universidades de EEUU y Sudamérica -Recoge 250 autopsias

El catedrático de Medicina Legal, Ángel Carracedo, (1ºi) con Fernando Serrulla (3ºi). // Iñaki Osorio

El responsable de la unidad de Antropología Forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia, Imelga, el ourensano Fernando Serrulla, presentó ayer en la sede del Colegio Oficial de Médicos de Ourense un libro que está llamado a convertirse en un documento de referencia internacional en esta disciplina de la medicina. Se trata del primer atlas de antropología forense que describe de forma visual la morfología de las lesiones óseas según el objeto o la causa que las haya producido.

La publicación reúne en 400 páginas el resultado de un proyecto de investigación sobre la esqueletización mínima iniciado hace cinco años bajo la coordinación del Imelga y, en particular, de Serrulla Rech. Participaron más de 20 médicos forenses de toda España, pero principalmente del Instituto de Medicina Legal de Cataluña y del Instituto Anatómico Forense de Madrid. Con las aportaciones de todos ellos a partir del estudio minucioso de 250 casos reales, la entidad sin ánimo de lucro Sociedad de Ciencias Aranzadi ha editado este Atlas de Antropología Forense que abre una nueva ventana en la resolución y el diagnóstico de lesiones y, sobre todo, mejora la fiabilidad de los resultados.

Así lo explica Serrulla, que destaca la "novedad" que supone esta publicación en la antropología forense internacional ya que, apunta, "no hay nada igual en el mundo, por lo que esperamos que se convierta en un referente".

El corto camino que ha recorrido este trabajo desde que se presentó por primera vez en noviembre del pasado año en la reunión de la Sociedad de Antropología Española que se celebró en Toledo, genera optimismo. El coordinador afirma que de los 500 ejemplares editados ya se han vendido 150 y que varias universidades de Estados Unidos, y sobre todo de Sudamérica, se han interesado por este atlas, lo que potencia el trabajo de continuidad en el que ya se han volcado los investigadores, el Tomo II. Este nuevo proyecto complementa al primero con nuevas visiones, alternativas y enfoques sobre las mismas lesiones analizadas y clasificadas en los mismos capítulos temáticos ya abordados en el primero tomo como son las producidas por arma blanca, tumores, descuartizamientos o lesiones causadas por instrumentos cortocontundentes como hachas o martillos.

El libro se presentó ayer en un acto a las 19 horas que incluyó una pequeña conferencia del catedrático de Medicina Legal, Ángel Carracedo sobre la medicina forense en el siglo XXI.

En una conversación previa, Serrulla explicó que este atlas está elaborado desde la patología forense pero con la visión del antropólogo forense, una posición "realmente privilegiada" para determinar como se producen los signos óseos y muy útil en la investigación criminal. El responsable de la unidad de antropología forense del Imelga lo explica con un ejemplo: "Cuando un antropólogo forense se enfrenta al estudio de los huesos lo único que ve es la lesión; sin embargo, a través de las lesiones en la piel podemos conocer los datos de cómo se ha producido, si ha sido un martillo, las características de ese martillo... De esa autopsia obtenemos datos fidedignos del caso y a la vez obtenemos un fragmento pequeño del hueso en el que vemos como es la lesión que ha producido ese tipo de martillo que tiene unas características muy determinadas y que ayudará al antropólogo físico o forense cuando se enfrente a otro caso". El trabajo sobre las historias clínicas permite incluso determinar el aspecto que adquiere una fisura según el tiempo que ha pasado desde que se produjo, un dato que hasta ahora se calculaba por aproximación.

En este sentido, Serrulla defiende la técnica de la esqueletización (separación de las partes blandas del cuerpo) cuando los forenses se enfrentan a cadáveres en estado avanzado de descomposición. No es una técnica que se utilice en todo el mundo pero sí en Galicia y especialmente ante casos de homicidio para los que el Imelga cuenta con un laboratorio especializado. Se trata de un trabajo muy complejo "y sobre el que no hay muchos textos escritos" pero que permite profundizar en la autopsia e "ir un poquito más allá".

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