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El asesino del hospital tenía una nota en la que admitía la primera tentativa homicida

La autoría del manuscrito será contrastada - La familia de Isabel Fuentes quiere que testifiquen los guardias civiles que avisaron a la juez del "peligro" que suponía el marido

Movilización tras el crimen para reclamar justicia. // Brais Lorenzo

Dio un "golpe fuerte" a su mujer que la dejó en estado muy crítico. A la Guardia Civil le dijo que unos desconocidos habían entrado a robar y golpeado a su esposa cuando él estaba en el dormitorio. Su mentira fue desmontada por los investigadores de la Policía Judicial. El asesino del hospital, Aniceto Rodríguez Caneiro, tenía una nota manuscrita en su poder el día que acabó con la vida de su mujer, Isabel Fuentes, el 8 de mayo de 2015, cuando se recuperaba de un ataque previo en el domicilio conyugal de Verín. Faltan diligencias de investigación para confirmar la autoría, pero la propia juez ve indicios de que el documento fue redactado por él en una confesión final antes de consumar el asesinato e intentar autolesionarse.

Ante semejantes evidencias, la magistrado del caso se retracta de su postura inicial y ha terminado por acumular en un solo caso las primeras diligencias abiertas por un robo con violencia, opción descartada por la Guardia Civil a los 5 días del primer ataque. Ahora entiende que del resultado final se colige que el primer hecho fue una tentativa homicida y no un robo.

La abogada Beatriz Seijo ejerce la acusación particular, en representación de los allegados de Isabel Fuentes. La letrada llama la atención sobre el hecho de que la magistrada instructora, María Cristina Fernández Viforcos -la misma contra la que planteó una queja ante el Poder Judicial-, sí reconozca ahora que el primer episodio violento en el domicilio conyugal, ocurrido un mes antes del crimen y que dejó a la mujer en estado crítico, fue una primera tentativa del asesino.

Los indicios sobre esa posibilidad fueron plasmados por la Guardia Civil en el atestado en el que ya señalaban a Aniceto Rodríguez como principal sospechoso, y un "peligro" para la víctima si no se restringían sus visitas en el hospital. Entonces, la magistrada rebajó las conclusiones policiales a "conjeturas" y descartó poner el foco en el marido. La abogada de la familia sigue esperando respuesta sobre su solicitud de que se tome declaración como testigos a los agentes de la investigación.

Por otra parte, la acusación particular confirmaba ayer que va a recurrir la decisión de la juez de rechazar un tribunal del jurado para el esclarecimiento del crimen a través de un sumario que sería juzgado por los tres magistrados de la Audiencia Provincial. La Fiscalía, que también pidió ese trámite aún no ha tomado una decisión, aunque también lo sopesa, según el fiscal delegado de Violencia de Género, Julián Pardinas. La defensa dispone igualmente de plazo para decidir si apela la decisión o no.

Las acusaciones entienden que el primer ataque previo en el domicilio conyugal de Verín, que dejó a la mujer en estado crítico, estaba conectado al crimen finalmente consumado, de modo que los dos episodios -tentativa y asesinato- podrían ser analizados por un jurado popular. La magistrada alude a un criterio del Tribunal Supremo del año 1999, que establece que en caso de delitos de sangre, cuando concurra un delito consumado y otro intentado, la vía de resolución judicial será la del sumario.

Con independencia de cuál sea la tramitación final del procedimiento, el resultado sigue supeditado a las conclusiones por conocer de los forenses. El Imelga efectuó exhaustivas pruebas al asesino, de 77 años, para determinar su estado tras el ictus que sufrió a consecuencia del crimen. Le quedaron secuelas físicas y también lagunas mentales. El dictamen fijará si puede ser imputado, es decir, si conserva facultades para sentarse en el banquillo y someterse a un juicio.

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