Antes de tocar el terreno, el coordinador de infraestructuras y medio ambiente tiene previsto comunicarle la actuación a los arqueólogos municipales, para que valoren la posibilidad de realizar algún tipo de sondeo arqueológico. "En principio no debería de haber nada, porque solo vamos actuar sobre dos metros cuadrados, en el entorno de cada árbol, a poca profundidad, pero nos ponemos a disposición de lo que digan ellos", indica Ismael Méndez.

El proyecto estará concluido dentro de dos semanas, pero puede demorarse un par de meses, por la necesidad de remitirlo al departamento de inversiones.

Los técnicos parecen decantarse por comprar árboles que "vienen en contenedor", una especie de tiestos, frente a los de cepellón, porque "ofrecen mayor garantía".

Ismael Méndez explica que los operarios del departamento de medio ambiente en la actualidad extreman las precauciones para que los árboles no se infecten en las podas, por las herramientas contaminadas que se utilizaban en ocasiones, y también combaten las plagas con fumigaciones.