Confirma que se ha iniciado un cambio de tendencia. Después de que se "demonizara" al sector del ladrillo, que cayó de forma estrepitosa en el momento que estalló la burbuja inmobiliaria, los inversores lo empiezan a mirar de nuevo como "un valor refugio". La razón es que "no saben dónde meter el dinero, porque los intereses bancarios están por los suelos y la bolsa se encuentra de capa caída".
-¿El desplome de la actividad constructora y de los valores inmobiliarios era algo pasajero?
-Estaba visto, yo ya había pronosticado que esto iba a cambiar en dos o tres años, y el cambio de tendencia ha llegado, porque en la actualidad los bancos le cobran a los ahorradores por tener la cuenta, le cobran impuestos y le cobran por todo.
-Vuelven al ladrillo, pero buscando edificaciones estratégicas; no en cualquier parte ni a cualquier precio.
-Por supuesto, el ladrillo es la industria más importante del país, después del turismo, aunque intenten negarlo. Los políticos le dieron caña al ladrillo, buscando votos, pero se han equivocado. Los países que mejor funcionan, son los que impulsan la edificabilidad, bien para la venta o para alquilar.
-Las empresas de la construcción llegaron a tener más de 15.000 trabajadores en la provincia, pero la pérdida de empleo en el sector fue tremenda?
-Ahora ya tenemos 9.600 empleos, vamos subiendo. Y la cosa se ha paralizado mucho, por la incertidumbre política que vive el país, al contar con un gobierno en funciones. Eso perjudica un montón? Yo tuve una reunión hace dos semanas en Madrid, como presidente de la Federación Gallega de la Construcción y de la Fundación Laboral de la Construcción, con todos los presidentes de España, y la gente está muy preocupada por ese tema. La gente quiere un gobierno estable, porque no hay un horizonte seguro, no sabemos lo que va pasar. No sabemos si formarán gobierno o habrá nuevas elecciones. Eso es lo peor que puede ocurrir, porque se paralizaría todo durante cuatro o cinco meses. De todas formas, hay que reconocer que el gobierno en funciones está funcionando bien. Pero no hay nuevos proyectos.
-¿Usted también reconoce que hubo errores en el sector de la construcción, como hacer edificios en lugares donde no hay población ni actividad económica?
-Se cometieron muchos errores, por la irrupción de gente que se metió a levantar edificios, que no eran profesionales de la construcción y no tenían puñetera idea. En ese sentido, esta crisis también ha tenido su parte positiva, porque los profesionales seguimos quedando.
-Una de las vías de recuperación del sector pasa por la rehabilitación de vivienda.
-En estos momentos hay mucha rehabilitación, porque los edificios que tienen ciertos años están obligados a pasar la ITV como los coches. Por lo tanto, tienen que corregir las deficiencias. Pero además, van a dar ayudas para rehabilitar viviendas, incluso en las aldeas.
-En la Vía da Prata?
-Dedican una partida de 80 millones de euros para rehabilitaciones en todos los caminos de Santiago, para los próximos cinco años. A la Vía da Prata le toca en el año 2017. Pero aparte de eso, hay ayudas para las viviendas de las aldeas y de la ciudad que no están acondicionadas, por el tema del mantenimiento energético. Carecen de cámara, no tienen aislante y el aire le entra por todas partes. La Unión Europea también va a soltar dinero por eso.
-Hay miles de casas en la provincia de Ourense pendientes de rehabilitación.
-En la provincia de Ourense hay más de 15.000 viviendas para rehabilitar. Nosotros, desde la Federación Gallega de la Construcción estamos haciendo un censo de las viviendas que hay para rehabilitar. Estará concluido dentro de cuatro o cinco meses. Eso va a dar mucha carga de trabajo.
-Se trata de una rehabilitación integral, para consolidar las estructuras, adaptar las viviendas a las nuevas necesidades, pero sin descuidar el factor de la eficiencia energética.
-Lo primero que hay que hacer es renovar las cubiertas y los huecos de las ventanas. Todo va dirigido al medio ambiente, pero sobre todo a la eficiencia energética, además de adaptar los espacios para los minusválidos. Hay mucha gente mayor que tiene dificultades de movimiento. También hay casas con varias plantas, en las que es necesario poner ascensor.
-La recuperación de viviendas, mejorará las condiciones de vida de la población, pero también eliminará peligros, porque parte de las estructuras que se encuentran en mal estado pueden caer a la calle.
-Por supuesto, eso es algo fundamental para la seguridad ciudadana. Otra asignatura pendiente, es la eliminación del feísmo en los caminos de Santiago. La mayor afluencia turística viene por los caminos. Por la Vía da Prata llegaron este año más de 6.000 personas, de las que más de 3.000 durmieron en el albergue de Ourense. Y el 45% son extranjeros, de todo el mundo, incluidos los países más lejanos. Cada año viene más gente. Por la provincia de Ourense pasan la Vía da Prata, el Camiño de Inverno y cuatro caminos portugueses. Esos pasan todos por Ourense.
-En el casco viejo de Ourense también hay mucho que hacer.
-El problema que tenemos en la ciudad de Ourense es que hemos cambiado las grúas por andamios, porque no tenemos PXOM. Los andamios son para la rehabilitación. No hay obra nueva, por la carencia de plan.
