Sopló 3 segundos, llegando a dar 0,65, pero se negó a hacer una prueba completa en el aparato que la Guardia Civil llevaba en el coche. La juez condena a un conductor al entender que cometió delito por negativa a hacer la prueba. El acusado, O. M. L. A., un ciudadano portugués de 42 años, trató de justificarse con una enfermedad sufrida 6 meses antes. Dijo que una bronquitis aguda le impedía soplar más. Basándose en los informes de los forenses, la magistrada del Penal 1 de Ourense resuelve que la enfermedad "padecida meses antes no condiciona en modo alguna la aptitud" para soplar. "No hay fundamento médico para explicar la falta de capacidad que alega".

La sentencia, que admite recurso ante la Audiencia Provincial, impone una multa de 540 euros por conducir bajo la influencia del alcohol, así como 6 meses de prisión por el delito de negativa a la prueba de alcoholemia. En total, el infractor no podrá conducir antes de 2 años.

El fallo considera probado que la madrugada del 8 de noviembre de 2014, sobre las 5 horas, el conductor vio un control de tráfico en el kilómetro 12,5 de la nacional N-532, la vía que conecta Verín con la frontera lusa.

Al percatarse del dispositivo de la Guardia Civil, el conductor dio marcha atrás en la curva previa y aparcó en una explanada situada a unos 20 metros. Cuando los agentes se acercaron a su coche, hizo como que estaba dormido. Los agentes le pidieron su documento de extranjero y no lo facilitó. Su identidad fue averiguada a través de la central.

Según los guardias, el individuo tenía síntomas de haber bebido. Con el alcoholímetro de mano, sopló unos 3 o 4 segundos y dio 0,65. A la vista del resultado fue requerido para hacer las pruebas en el llamado etilómetro evidencial, situado en el coche de la patrulla, pero declinó pese a ser advertido de las consecuencias. El aparato, más preciso, hubiera dado una tasa igual o superior, aseguraron los guardias.

La enfermedad alegada por el acusado no explica que no soplara, concluye la juzgadora. Ni una bronquitis crónica mermaría la capacidad de hacer la prueba. "Tendría que estar en muy malas condiciones y los agentes no observaron que tuviera una infección respiratoria grave", razona la sentencia.