Las campañas y los controles intensivos han disuadido a los amigos de la velocidad. Son excepcionales en Ourense, según Tráfico, las detecciones de radar por encima de 150 kilómetros por hora en una vía de alta capacidad. Con todo, en la A-52, la arteria de comunicaciones de la provincia, se contabilizan varios casos flagrantes en los últimos años. En 2014, por ejemplo, un portugués de 63 años fue pillado en su Mercedes Clase C Coupé a 211 km/h en la A-52, también en Allariz. Con su conformidad, evitó celebrar el juicio. Aceptó una multa de 840 euros más 8 meses y 1 día de privación del derecho.

La A-52 atraviesa la provincia y es la principal puerta de entrada del tráfico que llega a Galicia procedente de la Meseta, por delante de la A-6. En verano, la Autovía das Rías Baixas canaliza el retorno de emigrantes portugueses que vuelven a su casa por este territorio, como era el caso del conductor antes citado, que regresaba de Francia

Durante años, las imprudencias de estos conductores quedaron impunes, al no existir un acuerdo entre estados para poder notificar en sus lugares de residencia la sanción de tráfico. Unos 300 al año se libraban. Pero ese vació desapareció a finales de 2012. Desde entonces, dos radares fijos en la A-52, en Ribadavia (kilómetro 254, sentido Benavente) y A Gudiña (en el 113, sentido Vigo), están dotados de un sistema de aviso a patrullas. Cuando se registra una velocidad excesiva, las cabinas utilizan una tecnología parecida al "wi-fi" para que se comunique una alerta a la patrulla de Tráfico más cercana, con una fotografía del infractor.

Los 235 km/h del último caso en la A-52 es la mayor velocidad detectada en la provincia de Ourense por un radar móvil. Los fijos captaron a dos conductores lusos a 241 y 246 por hora, según la Jefatura Provincial de la DGT.