Fernando Vázquez, un vecino de la aldea de Roiriz, en el ayuntamiento ourensano de Allariz (49 vecinos, según el Instituto Galego de Estatística), fue a las 5 de la madrugada de ayer a su cocina, para tomar una tila, y allí se encontró con un individuo que iba armado con un cuchillo, y con el rostro oculto con una careta.

El señor, de 77 años de edad, único habitante de la vivienda, no se arredró ante la amenaza del extraño, que le profirió amenazas de muerte, y reaccionó con vehemencia. Utilizó su bastón para echar al delincuente a golpes de su domicilio, aunque el sujetó llegó a empujar a la víctima contra su nevera, y a sujetarlo por el cuello, según su versión de los hechos.

El alaricano partió el cayado en tres pedazos. El ladrón, a pesar de todo, consiguió marcharse de la vivienda con un botín de unos 200 euros en dinero en efectivo. "Le di hasta que se marchó", recordaba la víctima, ayer, en el micrófono de la Televisión de Galicia. La valentía a la que recurrió en un primer momento se transformó en tristeza, después de la adrenalina. El septuagenario tuvo que ser atendido en el centro de salud de la localidad del Arnoia, por un episodio de ansiedad.