El CEIP Mestre Vide de la capital es desde ayer el primer centro escolar de la provincia que dispone de un desfibrilador como parte de su equipo médico de emergencia. Se convierte así en el primer y único colegio público cardioprotegido de Ourense, fruto de una iniciativa impulsada por el propio centro con la colaboración de padres y alumnos para su financiación.

Durante un año, los chavales recaudaron fondos vendiendo pulseras solidarias para adquirir el equipamiento y desde ayer el maletín sanitario está en el centro. "Es increíble que con un gesto como este, tan sencillo y pequeño, se pueda conseguir algo tan grande a la vez como salvar una vida", indica la profesora Raquel González, que también es enfermera y conoce bien la importancia de tener cerca un equipo completo de reanimación cardiorespiratoria.

En caso de parada cardíaca, los cuatro primeros minutos son "vitales", explica Jesús Castro, el empresario de la firma ourensana Equipamientos Sanitarios Castro que ayer entregó el desfibrilador en el colegio del barrio de As Lagoas. La tasa de supervivencia cuando hay a mano un desfibrilador es del 90% pero si no se dispone de uno, el índice se reduce un 10% por cada minuto que pasa. "El tiempo es importantísimo; si se puede salvar una vida eso ya lo es todo", indica. El desfibrilador cuesta unos tres mil euros e incluye equipo de oxígeno, funda, electrodos, vitrina y un curso de formación para utilizarlo de forma correcta. Según explica el empresario, su uso es muy fácil ya que se trata de un sistema avanzado con voz que va explicando paso a paso lo que hay que hacer ante una situación de parada cardiorespiratoria. Incluso marca el ritmo al que se debe presionar el pecho con ambas manos.

El director del colegio, Juan Manuel Regal, se mostró ayer muy satisfecho por este hito que comenzó el pasado año con el patrocinio del COB y continuó con el apoyo de los padres de alumnos que se sumaron a la iniciativa. La idea surgió en el propio centro a partir de un suceso ocurrido en un campo de fútbol gallego en el que no había desfibrilador y una persona falleció a causa de un infarto. "Decidimos adquirir uno y buscamos un sistema de financiación para poder comprarlo a coste cero para el centro", explica el director. Pusieron a la venta mil pulseras al precio de 3 euros cada una y consiguieron 1.500 euros. El resto lo aportó el centro, que ayer recibió el equipo en un acto al que se sumaron los alumnos de quinto curso, la edil de Educación, Belén Iglesias, y varios profesores.

La vitrina con el desfibrilador se ubicará en una zona visible del colegio y de fácil acceso para su uso en caso de emergencia.