No hay pistas del asesino de Socorro Pérez, asaltada el 2 de mayo de 2015 mientras hacía deporte en el entorno del monte Seminario, en la periferia de la ciudad -el cuerpo apareció un mes más tarde- ni tampoco hay evidencias suficientes para que estén entre rejas los dos detenidos por la muerte violenta del cura de Vilanova dos Infantes, un crimen perpetrado en marzo del año pasado. Ambos son los grandes retos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en la provincia de Ourense. Y los ejemplos que restan importancia a las cifras que hablan de una mejora estadística.

El balance de criminalidad actualizado ayer por el ministerio del Interior cierra los datos del pasado ejercicio. Entre enero y diciembre de 2015, el total de delitos y faltas (ahora delitos leves) registrados en toda la provincia disminuyó un 7,1 %, después de que las autoridades policiales y judiciales tuvieran conocimiento de 7.592 infracciones penales. En la demarcación de la ciudad hubo 3.758 delitos y delitos leves, un 5,1% menos que en 2014. Del mismo modo, la tasa de criminalidad se situó en el 23,8 %, más de 4 puntos inferior a la media gallega, la tercera más baja de la comunidad, y el mejor registro en Ourense desde el año 2012.

No obstante, los delitos contra las personas aumentaron de manera relevante, con incrementos porcentuales del 100% en la estadística. Según los datos de Interior, en la provincia de Ourense se computaron 4 homicidios (3 de ellos en la ciudad, ámbito de competencias de la Policía Nacional). Si el dato no es erróneo, uno de los crímenes urbanos no habría trascendido, pues fueron públicas en 2015 las muertes violentas de Socorro Pérez y de Isabel Fuentes, asesinada por su esposo el 8 de mayo del año pasado, cuando se recuperaba en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) de una supuesta agresión previa en el domicilio conyugal.

La sucesión de crímenes en Ourense multiplica la estadística de este tipo de delitos, que promedian 1 o 2 casos anuales. Entre enero y junio de 2015 hubo 3 casos, mientras que en todo 2014, el año que sirve para trazar la comparativa, no se había registrado ningún homicidio o asesinato en Ourense ciudad y en toda la provincia hubo 2.

Desde junio del año 2014 a mayo de 2015 se contabilizaron un total de 5 muertes violentas. A las ya mencionadas se sumaron el homicidio del holandés de Petín -cuyos huesos fueron descubiertos 4 años y medio después del crimen-, así como la de un joven que apareció en un embalse en Boborás. Sin contar el esclarecimiento parcial del crimen del cura de Vilanova dos Infantes, el que permanece rodeado de incógnitas, sin detenidos ni sospechosos conocidos, es el homicidio de la ourensana Socorro Pérez.

Más de un robo diario en casas

Frente a la reducción de las cifras globales y de la mayoría de las figuras delictivas, se muestra en negativo la estadística de los robos con fuerza en domicilios. Este tipo de delitos creció en 2015 en el ámbito provincial, con un alza del 6,2%. En cambio, en la ciudad la figura se redujo más de 2 puntos. Cada día en Ourense se produce un robo o más en domicilios. Hubo 430 casos el año pasado, la mayoría (311) en el medio rural.

En contraste, los datos de actividad de la Guardia Civil y Policía Nacional reflejan una reducción de los robos con violencia o intimidación -los atracos-, que disminuyeron un 6 % tras totalizar 125 delitos entre enero y diciembre de 2015. Cayeron un 2,6% las sustracciones de vehículos a motor (112 casos), un 16,8% los hurtos, que son la figura delictiva más frecuente en la provincia de Ourense (2.217); y también se produjo una caída de las infracciones de daños (827, un 3,9% menos) y tráfico de drogas (29, con una caída del 23,7%).

En Ourense ciudad, ámbito que protege la Comisaría de Policía Nacional, las infracciones que más se redujeron fueron los hurtos (1.384 registradas, un 20,5% menos), por delante de los robos con violencia o intimidación (90, 15,9% menos) y el tráfico de drogas (17, -10,5%). En cambio, la estadística de Interior constata un incremento interanual de los daños (411 casos, un 8,7% más) y, especialmente, las sustracciones de vehículos a motor (hubo 57, un 26,7% más que en 2014).