La juez no vio indicios, en un principio, de un presunto delito de acoso sexual, puesto que no existía una vinculación de tipo laboral entre el político y la particular en el momento de los hechos. En la denuncia que dio lugar a la citación como investigados de ambos, la mujer acusaba a José Manuel Baltar de una promesa de puesto fijo a cambio de la relación sexual. Para probar su versión, la denunciante había solicitado incluso un careo con Baltar. Fue citada para finales de febrero como testigo para ratificarse en su versión. Pretendía aportar, como prueba adicional, los mensajes SMS que se habría intercambiado con el barón. Tras oír las grabaciones entregadas a la Fiscalía, la magistrada suspendió el acto e imputó a ambos. La denunciante también pretendía recurrir el auto. Se considera la víctima y quiere que la investigación por un supuesto acoso sexual siga adelante.