El Entroido está instalado en la provincia y hoy será uno de los días más especiales para los niños, que celebrarán el carnaval en los colegios antes de iniciar cinco días de vacaciones en los que, en una provincia como Ourense, no faltarán opciones para difrutar de la fiesta. Ancestral, tradicional, rural, urbano o improvisado, hay programa para todos los gustos.

Los niños también fueron protagonistas ayer en la capital de As Burgas con la lucha de comadres en la Praza Maior mientras que en Verín, las mujeres tomaron la villa en la multitudinaria fiesta de comadres, sin duda, una de las citas más concurridas del carnaval ourensano. Goza de fama en toda la comunidad y el que ha ido una vez, repite. Aunque nació como una celebración exclusiva de mujeres que quedaban para cenar y salir disfrazadas, cada año son más los hombres que participan, muchos de ellos "infiltrados" bajo un traje de mujer. No faltó a la cita, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que acude cada año invitado por el exlcalde y amigo, Juan Manuel Jiménez Morán.

Mientras en Verín no cabía ni un alfiler en la Praza García Barbón de madrugada, en la Praza Maior de Ourense sí quedaba espacio para las carreras por la mañana. Unos 160 alumnos de primero y quinto curso de los colegios Manuel Sueiro, José García de Mende, Inmaculada, Amadeo Barroso y Seixalbo participaron en la tradicional fiesta escolar de las comadres. El jueves pasado las niñas exhibían sus "mecos" realizados con papel de colores en talleres dedicados al entroido en horario lectivo y los niños corrías tras ellas para robárselos y destrozarlos. Ellas, claro está, tenían que evitarlo.

Ayer sucedió a la inversa. Son los niños los que intentan vengarse de la afrenta de los compadres. Una vez en la Praza Maior se separan por sexos y se desafían. De repente, se desata el griterío y empiezan las carreras. En este caso, destrozar el juguete del contrario es el premio y cuando las niñas acaban con todos los muñecos la fiesta se da por terminada.

El alcalde Jesús Vázquez interrumpió su agenda de trabajo en el Concello para bajar a saludar a los chavales, agotados por la carrera pero con ganas de una nueva revancha.