El caso sobre el asesinato del sacerdote de Vilanova dos Infantes, Adolfo Enríquez, y la desaparición de la Virxe do Cristal que custodiaba, continuará algún tiempo más bajo secreto de actuaciones. La defensa de los dos detenidos, tío y sobrino de nacionalidad croata, ya ha pedido que se levante el velo que impide tener acceso a la información del proceso, pero hay alguna pesquisa en marcha que es secreta y debe ser llevada a cabo antes de esa medida, según fuentes próximas al caso.

Sí ha trascendido que la Policía Judicial de la Guardia Civil está analizando el contenido de los teléfonos móviles y otros objetos incautados a los dos investigados en los registros practicados tras su detención a mediados de enero. Quieren analizar el tráfico de llamadas y mensajes de "whatsapp", además de otros datos sobre sus pasos en las horas del crimen, que la investigación sitúa en la noche del 10 de marzo de 2015.

Esa mañana, Arsen F., el sobrino, fue a pedir limosna como era costumbre al bondadoso sacerdote. La Guardia Civil sospechó de la participación de ambos por alguna laguna temporal en su relato de los hechos, aún en calidad de testigos.

Cada 1 y 15 de mes, Elvir F. y Arsen F., que se acogieron a su derecho a no declarar, deben comparecer ante un juzgado para controlar que no se fuguen. Lo hicieron el lunes por primera vez. El tío, en la sede de Ourense y el segundo, en la localidad de Vilanova i la Geltrú (Barcelona), donde reside.

En libertad provisional

Según su abogado defensor, ambos prestaron muestras de ADN a la Guardia Civil para que haga sus comprobaciones. La falta de pruebas, más aún de vestigios, ha impedido el esclarecimiento total del asesinato, hasta el momento. La magistrada de Celanova decretó su puesta en libertad provisional, aun siendo los principales sospechosos, el 16 de enero, después de que el fiscal no viera base para solicitar la prisión preventiva.