Alberto Saco Álvarez, profesor en la Facultad de Ciencias de la Educación, es doctor en Sociología y experto en movimientos demográficos. La marcha constante de jóvenes hipoteca, a su criterio, el futuro de territorios envejecidos como Ourense.

-Ourense tiene malos augurios demográficos y muchos jóvenes buscan oportunidades fuera. ¿Estamos perdiendo futuro?

-Con las tendencias presentes desde hace años, es muy difícil hacerse una idea positiva de futuro de la provincia. Esto retroalimenta la tendencia a dejarla. Es una pescadilla que se muerde la cola.

-¿Existe el riesgo de la llamada "provincia geriátrico"?

- Es que hay ya grandes zonas del territorio que lo son en la práctica, con porcentajes muy altos de población mayor y mínimos de población joven.

-¿Es posible revertir esta situación de fuga de talentos a corto o medio plazo? ¿Comparte el término de generación perdida?

-No hay generaciones perdidas salvo para la zona de origen; en todo caso serían generaciones perdidas para aquellos que nos quedamos. La gente más capaz y con más iniciativa logra abrirse paso allí donde las oportunidades lo permiten. Si no lo consiguen aquí, lo harán allí donde vayan. Para que la gente más cualificada se quede hay que tener actividad económica suficiente como para emplearla. Cosa que con el modelo productivo que tenemos no es posible.

-¿Qué tendría que cambiar para que el mercado fuera favorable?

-El modelo productivo y el revelo generacional en los centros de poder político, económico y cultural. La sociedad del siglo XXI exige dar paso a nuevas formas de hacer las cosas. Y sólo las nuevas generaciones tienen la cualificación necesaria y la motivación para hacerlo, pero se encuentran siempre con un 'techo de cristal' que hace que se desperdicie mucho talento. En cuanto al modelo productivo, hemos priorizado en exceso todo tipo de actividades en el sector servicios que, si bien aportan mucho valor añadido al PIB, son muy volátiles y sensibles a los ciclos económicos.

Una mala gestión de los recursos unida a formas poco eficientes de ponerlos en producción nos ha llevado a una dinámica de expolio permanente de recursos naturales y paisajísticos. Al mismo tiempo se han abandonado (sin reconvertirlos) sectores básicos de la economía productiva (sectores primario e industrial en favor de construcción y servicios) que han dejado sin base económica a los mercados locales de la Galicia interior, que agoniza día a día. Hacen falta nuevas ideas y nueva gente para llevarlas a cabo. El modelo aplicado hasta ahora no da más de sí.

-¿Genera un impacto social esta ausencia en periodos prolongados de una parte de la población?

- Es una forma de vida itinerante donde el punto de referencia es el lugar de origen, al que siempre se vuelve para las ocasiones. El mundo se ha hecho mucho más pequeño aunque eso no evita que atrás queden proyectos frustrados y se haga imposible mantener a las familias residiendo en la misma localidad. Forma parte de vivir en un mundo globalizado. El cómo nos organicemos para ser más eficientes en la gestión de los recursos, con el fin de que haya más actividad económica localizada aquí, es la clave para tener más futuro sin tener que emigrar.