Eran un "grupo criminal" especializado en las estafas y la falsedad documental, dice la Policía. La operación contra la inmigración ilegal y el fraude iniciada hace días en Ourense tiene sus ramificaciones en otras provincias, como Canarias y Madrid, donde se centran ahora las pesquisas, a la espera de las detenciones pendientes de cuatro personas en Portugal. Los agentes no han podido dar caza tampoco a uno de los cabecillas de la trama, un americano con varios antecedentes y que abortó su viaje en avión a Galicia -tenía que aterrizar en Santiago de Compostela-, al trascender esta operación policial.

La certeza de los investigadores de la Brigada Provincial de Extranjería, al frente del caso desde el pasado mes de septiembre, es que el grupo habrían cometido diversos delitos de falsedad documental así como fraude a la Seguridad Social y otras administraciones por valor de cifras millonarias, pues se presume que llevaba en funcionamiento 3 años. Según información de la Policía, habrían creado casi una decena de mercantiles fantasma (la mayoría del sector de la informática, pero también de la madera y el ámbito de la gestión) y también habrían adquirido una sociedad con buena reputación para lograr liquidez y engañar presuntamente al banco.

En una de las última operaciones, pidieron presuntamente un préstamo bancario a través de una empresa solvente que acaban de comprar, pero ni habrían satisfecho la cantidad de traspaso de la mercantil ni tampoco devuelto el crédito. Su última estafa podría superar los 400.000 euros, según indicaban ayer fuentes policiales. El caso estalló con 5 detenciones en las provincias de Ourense y Pontevedra. Entre los sospechosos se encontraba un abogado de Ribadavia y exedil en la localidad, A. D.L., de 56 años, quien presuntamente habría incurrido en falsedad documental por presentar a trámites papeles falsos.

Otras cuatro personas fueron arrestadas. Se trata del arousano E. N.M., de 31 años, uno de los presuntos cabecillas, y que fue detenido en Vigo; el ourensano J. A. G.C., de 52 años, así como E. S. y F. L., de nacionalidades brasileña y dominicana, respectivamente, con 27 y 34 años. El juez los dejó en libertad el jueves.

Los hechos se iniciaron en el mes de septiembre del 2015 cuando debido a una comprobación policial se detecta que no existía una empresa a la cual pertenecía una extranjera contratada. Según la Comisaría de Ourense, los detenidos colaboraban con carácter "estable". Se dedicaban a la creación y compra de empresas para la emisión de facturas falsas, así como a la contratación de personas, eludiendo los pagos a la seguridad social. Dos de los detenidos más el americano que no fue localizado eran los propios administradores, o bien sus familiares o los ciudadanos portugueses , que actuarían como "hombres de paja", figurando como administradores únicos pero sin afrontar las deudas causadas.

Dos detenidos ejercían de representantes o apoderados de los lusos, a fin de gestionar las empresas ficticias. Las investigaciones pudieron determinar además que utilizaban éstas empresas para la realización de otras actividades delictivas como la contratación de ciudadanos extranjeros y regularizar su estancia en territorio nacional.