La necesidad de contar con un nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) lleva a que el actual gobierno municipal asuma el que aprobó inicialmente el anterior ejecutivo socialista, con el objetivo claro de "mejorarlo", y en el que pretende incluir algunas de las propuestas realizadas por diferentes colectivos. Estas serán objeto de análisis en la comisión de seguimiento que se creó, y en la que cuentan con representantes todos los grupos políticos.
El alcalde advierte que "no es el plan del Partido Popular, pero por responsabilidad lo asumimos con la intención de mejorarlo", y de esa forma evitar que se vuelva al principio y se tarden 5 o 6 años en elaborar uno nuevo. En ese sentido, Vázquez recalca que "no se puede caer en que el plan no vale y hay que empezar de cero", ya que eso supone "tirar miles de euros", en referencia al coste de su elaboración, por encima del millón de euros.
De ahí que el actual gobierno "renunció" a elaborar un nuevo planeamiento urbanístico, aplicando la "coherencia y responsabilidad", como proclama Vázquez, que advierte de la necesidad de contar con un "instrumento" tan importante para la ciudad.
El regidor alerta de que en estos momentos "no se puede dar seguridad jurídica" a todas aquellas personas que tiene intención de realizar inversiones en el Concello, sobre todo en lo que se refiere al ámbito termal, que considera de especial importancia.
Es por eso que, una vez desde el gobierno municipal se le facilitó toda la información a los grupos de la oposición, en las diferentes reuniones que celebró la comisión de seguimiento.
Avanzar
Y aunque el regidor dice estar dispuesto a celebrar todas las reuniones que sean necesarias, considera que se debe "pasar a una segunda fase", que no es otra que la de concretar aquellas cuestiones que permitan avanzar en un consenso para su aprobación definitiva.
Un acuerdo que para Vázquez es fundamental, y que se debe producir independientemente de que el gobierno pueda estar en minoría, como es el caso.
Sobre las críticas de algunos representantes de colectivos, que cuestionan abiertamente la viabilidad del actual proyecto, elaborado por el gobierno socialista, el alcalde elude pronunciarse, más allá de "tender la mano" en esa línea de diálogo y poder mejorar un documento que contribuya al desarrollo socioeconómico de la ciudad y acabar con la actual situación.
