Las obras de la nueva estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Ourense están en la senda de cumplir los plazos previstos y estar finalizadas en el primer semestre del presente año, aunque las pruebas podrían demorar su puesta en funcionamiento hasta final de año.

Una de los pilares de la nueva infraestructura es que triplica la capacidad de tratamiento que cuenta la actual depuradora, al llegar a los 4.238 metros cúbicos a la hora, lo que permitirá en el horizonte inmediato atender a una población de 350.000 habitantes.

Con una inversión que ronda los 60 millones de euros, la EDAR en construcción supondrá una mejora ambiental sustancial, en la que destaca la implantación de tecnología de última generación, con un sistema de tratamiento terciario, es decir, la eliminación de nitrógeno y fósforo. Esto lleva consigo que la calidad del medio receptor sea el del máximo nivel siendo las aguas susceptibles de transformarse en aguas de baño, como así lo explican los técnicos de la empresa pública.

La implantación en la nueva infraestructura de las más modernas tecnologías de depuración, también permitirán reducir la cantidad de biosólidos producidos, de manera que se puedan valorizar los fangos para su aplicación agrícola. En este sentido, se insiste por parte de Acuaes y Concello en que se acabará con los malos olores que a día de hoy son evidentes como denuncian los vecinos.