Una pena de 1 año y 9 meses aceptó ayer una mujer de 35 años de edad como responsable de un delito de estafa continuada. Trabajaba como comercial en una compañía aseguradora. La acusada utilizó los datos de una tarjeta ajena para beneficio propio. Haciéndose pasar por el titular, hizo compras por internet por valor de 1.869 euros, entre agosto y septiembre de 2013. Los días 22 y 23 de enero utilizó el mismo procedimiento para comprar mercancía por un importe de más de 450 euros. Por último, la mujer suscribió en nombre del perjudicado, y con su desconocimiento, una póliza de seguros. Un pacto de conformidad rebajó la pena.