Coren trabaja de la mano de la Sociedade Galega de Historia Natural, "pues a ambos nos preocupan los mismos intereses", indicó Emilio Rial en relación a la preocupación del grupo con la preservación del medio ambiente.

Precisamente la SGHN fue la que se hizo eco del informe encargado en 2014 por la Confederación Hidrográfica Miño-Sil al CSIC del que se derivaba la alta concentración de nitratos y otros fertilizantes relacionados con la contaminación de acuíferos por las explotaciones agroganaderas.

Con más de 350 granjas instaladas -lo que supone en torno a 1,2 por kilómetro cuadrado- se estimaba que el número de restos procedentes de esta explotación agronadera equivaldrán al de una ciudad de 1,3 millones de habitantes.

El objetivo ahora es revertir esos cauces modificados de los ríos y utilizar las viejas areneras como primer paso para una depuración a través de métodos naturales. La otra fase, de las 26 medidas a adoptar implica a las propias explotaciones, que deben hacer una buen reciclaje de esos purines. Emilio Rial lo advirtió ayer, el que no cumplan las normas medioambientales que se le exige, puede ser expulsado del grupo agroalimentario Coren.