El entorno de la residencia universitaria ha cambiado radicalmente en los últimos meses. Las obras de urbanización necesarias para obtener la licencia de ocupación en las condiciones exigidas por la sentencia que ordenó su precinto en agosto de 2014 están finalizadas y pendientes de la certificación municipal y la licencia de ocupación que le permitiría recuperar la actividad.
El edificio fue cerrado después de varios años de litigios ya que los propietarios exigían el cumplimiento del convenio impulsado en 1998 por el Concello de Ourense en el que, entre otras cuestiones, la Universidad de Vigo se comprometía a urbanizar el entorno de esta infraestructura. Dichas obras no se habían ejecutado pero la residencia, gestionada por Siresa Noroeste, obtuvo licencia y llegó a estar operativa 12 años. El TSXG estimó que la ausencia de viales generaba serios problemas de seguridad al no poder acceder vehículos de emergencia y ordenó el precinto.
A este conflicto judicial sobrevino después otro relacionado con la financiación de los trabajos ya que la junta de compensación afirma que corresponden a la institución académica en virtud de aquel convenio y ha reclamado el aval de 162.000 euros depositado en su día por Siresa Noroeste en el concello amenazando con recurrir a la vía judicial para recuperar la inversión, que ronda los 500.000 euros.
El representante legal de los propietarios, Antonio Feijóo Miranda, confirma que las obras de urbanización en el entorno de la residencia "están terminadas" en cumplimiento del "compromiso verbal" adquirido por la junta de compensación con el alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez, de que los trabajos estarían finalizados antes del 30 de diciembre.
"El balón está ahora en el tejado del ayuntamiento, nosotros hemos cumplido y ahora les toca cumplir a ellos y a la Universidad de Vigo", indicó el letrado. Afirma también que le consta que la gestora Siresa Noroeste ya presentó en el concello el proyecto de legalización, pero desconoce "por qué está paralizado, no tiene sentido que después de tantos meses esté sin resolver". A día de hoy, apunta, "si no está abierta la residencia no es por culpa de la junta de compensación, que ha hecho los deberes". En todo caso, la Universidad de Vigo, y en particular el rector Salustiano Mato, ya ha manifestado que no tiene intención de abrirla con el curso comenzado por lo que esperará hasta el próximo mes de septiembre para su reapertura.
Al margen de lo que ocurra a partir de ahora con esta infraestructura universitaria, las máquinas se mantienen activas en el polígono SU-25 de 25.000 metros cuadrados. La junta de propietarios continuará con el proyecto global de urbanización, adjudicado por 1,9 millones de euros, que incluye 13.000 metros cuadrados de zonas ajardinadas y 6.500 para una plaza pública. El polígono prevé la construcción de nueve bloques de viviendas, de las que 50 serían de protección oficial.
