Esfuerzo, medios tecnológicos, recursos y celo. La Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Ourense se ha dedicado en cuerpo y alma a cercar a los asesinos de Adolfo Enríquez. El objetivo estaba bien situado ya después del verano. En octubre, la Guardia Civil expresó su confianza de que pondrían a los autores a disposición de la justicia, antes o después. Sucederá esta mañana, transcurridos unos diez meses desde el asesinato. Durante un semestre, dicen los vecinos, la presencia de los agentes investigadores en Vilanova fue casi diaria. Las pesquisas los llevaron después a seguimientos y vigilancias por otras provincias, puesto que uno de los sospechosos tiene una vida itinerante entre Santander y Barcelona, según fuentes consultadas. La Policía Judicial, que contó con la colaboración de dos expertos en Patrimonio Histórico para tratar de localizar la Virxe do Cristal empezó abriendo el abanico de hipótesis para irse centrando, poco a poco, en la línea más factible. Los asesinos ya habían acudido a la rectoral a pedir dinero en alguna ocasión y al menos uno de ellos habría sido visto en la zona la mañana anterior al suceso ocurrido en marzo de 2015. Para entender las conversaciones telefónicas en croata de los presuntos asesinos, la Guardia Civil ha echado mano de traductores. Las transcripciones se han prolongando hasta última ahora, rastreando cualquier indicio que pueda ser clave.