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El comisario respalda al grupo antidroga pero admite "mala praxis" con los confidentes

Amable Valcárcel tacha de "calumnias" los anónimos que destaparon el robo de armas y la posterior Operación Zamburiña - Tres agentes declararon ayer ante el juez instructor

El comisario Amable Valcárcel (dcha.) en el acto público celebrado en la Comisaría, ayer. // Iñaki Osorio

La investigación abierta en agosto de 2014 por Asuntos Internos de la Policía Nacional para esclarecer el robo de seis pistolas en la Comisaría de Ourense y que derivó en la operación Zamburiña contra el tráfico de drogas con la detención de trece personas, entre ellas dos agentes del Grupo Operativo de Estupefacientes, ha "empañado" la imagen de la jefatura provincial y también la recta final de la carrera profesional del comisario, Amable Valcárcel, a tres meses de la jubilación. Así lo reflejó éste en el discurso que ayer pronunció con motivo de la celebración del 192 aniversario de la creación de la Policía, y en el que, dirigiéndose a la plantilla de funcionarios, se fijó como reto "llegar al conocimiento de la verdad de los hechos y de la identidad de quien está detrás de todos ellos".

Valcárcel pronunció estas palabras mientras tres integrantes de la plantilla prestaban declaración en el Juzgado de Instrucción número 1 de la capital, dos de ellos en calidad de testigos y una como investigada, en relación con la trama destapada por Asuntos Internos contra el tráfico de drogas que derivó en la apertura de un procedimiento judicial por omisión del deber de perseguir delitos, falsedad documental y revelación de secretos. La agente investigada ratificó ante el juez, al igual que lo habían hecho anteriormente sus compañeros, que no se cometieron irregularidades y que la unidad de estupefacientes colaboraba con confidentes pero siempre dentro de la legalidad.

Así lo defendió el comisario en un acto público al que acudieron representantes de las fuerzas de seguridad y el delegado del Gobierno, Roberto Castro, que también defendió la "integridad" del Cuerpo Nacional de Policía. En el caso particular de Ourense y a raíz de estos acontecimientos, Amable Valcárcel defendió la "honradez" de los integrantes del grupo de estupefacientes y el "esfuerzo colectivo" que se ha visto empañado por la "falta de profesionalidad e integridad de algún funcionario que ha ocasionado tanto daño, no solo a compañeros sino a la credibilidad de la propia Policía". En declaraciones posteriores, el comisario hizo alusión directa a los anónimos que destaparon la supuesta trama de drogas: "La mayor parte son calumnias, lo único que se ha demostrado es que pudo haber irregularidades en el manejo de los confidentes pero es mentira que haya un grupo organizado". Admite una "mala praxis" por parte del grupo de estupefacientes con los informadores "pero nada más, no hay nada demostrado que permita poner en duda la profesionalidad de los agentes y su honradez". Los confidentes, apuntó, "son una herramienta para lograr éxitos en los asuntos de droga" cuya colaboración "bordeando el límite" no es exclusiva de esta Comisaría. Lo que sí tiene claro el comisario es que esta situación se orquestó "desde dentro" y que la "única finalidad del robo de armas era la de "hacer daño" ya que las pistolas "no están en el mercado".

El juez cerró ayer los interrogatorios en relación con esta operación pero la instrucción sigue abierta. El comisario confía en que "se conozca toda la verdad" y se depuren responsabilidades.

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