Un total de 1.150 personas se vieron afectadas ayer por la interrupción del tráfico ferroviario entre Vilar de Barrio y A Gudiña a causa de un desprendimiento de tierra y árboles sobre la vía en el tramo comprendido entre la estación de Laza-Cerdedelo y el apeadero de Castrelo do Val-Verín, en Campobecerros. Al cierre de esta edición, la circulación ferroviaria continuaba interrumpida y los operarios de Adif seguían trabajando en la zona por lo que Renfe no pudo asegurar si los viajeros de las líneas Madrid-Galicia se verían afectados hoy nuevamente por este imprevisto relacionado con el temporal de lluvia y viento que afecta a Galicia.

Ayer fueron cuatro los Alvia perjudicados. El aviso se produjo a las 10,40 horas y provocó momentos de tensión y nervios entre los pasajeros. Los vigueses Fernando Tarrío y Eduardo González, que viajaban a Madrid en el tren al que previamente se había acoplado el convoy procedente de Ferrol explicaron que primero se pararon en un túnel unos quince minutos y después retrocedieron. El propio revisor les explicó que se había producido un desprendimiento y que serían trasladados en autobús desde Vilar de Barrio a A Gudiña, donde retomarían el viaje a Madrid en otro tren. En esa estación, los pasajeros que realizaban la ruta inversa hicieron lo propio y continuaron el viaje desde Vilar de Barrio. Esta situación que ambos vigueses definieron como "caótica" provocó nervios e incluso una crisis de ansiedad en una viajera que fue atendida por los servicios sanitarios, según explicaron a FARO.

El lugar del suceso, entre Laza y Castrelo do Val, no está señalizado como punto de riesgo, según informó Adif. Hasta allí se trasladó el personal de mantenimiento pero no se pudo concretar la hora en la que el trafico ferroviario recuperará la normalidad. Para las dos primeras líneas afectadas, Renfe coordinó transbordos en autobús entre A Gudiña y Vilar de Barrio, con 700 pasajeros perjudicados. En las dos siguientes, con 450 viajeros, los desplazamientos por carretera se realizaron entre Puebla de Sanabria y Ourense ciudad. Este inconveniente provocó largas esperas y retrasos de más de una hora en las primeras líneas.

Es el caso de Laura, una vecina de Ourense que trabaja en Madrid y venía cargada con los regalos de Reyes para su familia. La esperaban para comer pero no pudo llegar a tiempo. "Bueno, se los daré ahora cuando llegue pero la comida familiar ya me la perdí", explicó. También ha sido un viaje accidentado para Isabel, una chica de Segovia que vino a Ourense a pasar el fin de semana. Sus amigas acudieron a la estación Empalme para recibirla con una pancarta de bienvenida y se encontraron con el retraso. "Aprovecharé al máximo lo que me queda de fin de semana, si se retrasa un poco más ya no llego", comentó al llegar. Al contrario que en el trayecto inverso, en el que sí hubo momentos de tensión entre los pasajeros, Isabel señala que "alguno se quejó un poco pero por lo general nos lo tomamos bien".