El burro, un animal noble e inteligente a pesar de la mala fama unida a su nombre, que está en peligro de extinción, pero que afortunadamente cuenta en la provincia de Ourense, concretamente en Allariz, con la Asociación ANDREA, pionera en España en aplicar terapias con estos animales y que además se dedica a hacer de mediadora entre particulares para fomentar su adopción. Precisamente, desde la asociación comentan que registran una media de 5 a 10 llamadas al mes de personas buscando acogida para estos ejemplares, principalmente gente de avanzada edad, que no pueden cuidarlos y le piden ayuda para no dejarlos abandonados.

El Centro de Asinomediación y Terapia Asistida con Burros para personas en desventaja física, psíquica o social de ANDREA (Asociación Nacional para la Defensa, Recuperación y Estudio Terapéutico de la Especie Asnal), es una experiencia pionera en España dirigida por profesionales de la psicología con gran trayectoria en el trabajo con personas en desventaja en diferentes países europeos. Actualmente tiene en su granja de Allariz unos 17 animales y no tiene capacidad para más.

La gente mayor del rural les llama de forma asidua porque ya no pueden hacerse cargo de sus burros pero "aunque no podemos acoger más animales si intentamos buscarle acogida en casas de turismo rural, centros de producción agrícola... Hay gente que los quiere como animales de compañía", dice Elsa, miembro de la asociación, que señala que desde la provincia de Ourense es donde más llamadas reciben pero también del resto de Galicia e incluso de España.

Pero si hay muchos que les llaman para buscarles un hogar, asegura que también hay muchos que lo hacen para adoptarlos, y de toda España.

Se trata de animales muchos ya viejos, a los que se les quiere buscar un hogar donde pasen sus últimos años de vida sin trabajar, tratados con cariño, y afortunadamente "se están acogiendo muchos".

Esta tierna especie ha sufrido maltrato durante generaciones y las más pesadas cargas en labores agrícolas, por lo que son merecedores de que sus últimos años sean más placenteros y ANDREA ayuda en ello a la vez que ayuda a las personas con su terapia con burros.