El profesor de Física Estadística del campus de Ourense, Claudio Cerdeiriña, ha recibido estas navidades uno de los mejores regalos de su vida. Physical Review Letters, PRL, la revista científica especializada de Física más prestigiosa del mundo, le acaba de comunicar que acepta un artículo suyo en colaboración con el griego Gerassimos "Makis" Orkoulas y el británico afincado en Maryland (EEUU), Michael E. Fisher, que a sus 84 años figura en sexto lugar en el ranking de los 20 mejores físicos del mundo en activo. Su nombre está solo cinco puestos por debajo de Stephen Hawking, que encabeza la lista y dos por delante de Peter Higgs, descubridor del bosón de Higgs, la partícula de Dios. Amante de la guitarra flamenca y casado con una de las hijas del ilustre institucionista español José Castillejo, Fisher está emparentado con Juan López Suárez, "Xan de Forcados", uno de los impulsores de iniciativas científicas en la Galicia del siglo XX.
Cerdeiriña lleva diez años trabajando con Michael Fisher. Contactó por primera vez con él en 2005 durante una estancia de investigación en el extranjero que le llevó a la Universidad de Maryland. Allí se interesó por unos artículos del prestigioso profesor y su colaborador Orkoulas, que en 2000 mostraron la evidencia experimental de la anomalía Yang-Yang, punto de partida del trabajo que ahora se publica.
Lo que ambos consiguieron en los inicios del siglo XXI fue resolver un dilema propuesto en 1964 por el Premio Nobel de Física, Chen Ning Yang (puesto 19 en el anterior ranking), y su hermano Chen Ping Yang que, a su vez, ponían en cuestión la teoría formulada 100 años antes por otro Nobel, el holandés Johannes Diderik van der Waals.
Con la incorporación de Claudio Cerdeiriña en 2005, el equipo ha logrado otro hito: proporcionar un soporte teórico al fenómeno investigado y situarlo en la Teoría Moderna de los Fenómenos Críticos, que tiene como uno de sus padres fundadores a Michael Fisher.
El propio Fisher, en declaraciones a FARO, explica que el objetivo de este trabajo era "intentar mejorar el primer Modelo de la Naturaleza construido por van Der Waals en 1873", y en general, las teorías clásicas para las transiciones entre los estados líquido y gas de la materia. Fueron los hermanos Yang los que expresaron sus dudas sobre un aspecto concreto de las tesis originales pero hicieron falta 36 años y disponer de las medidas suficientemente precisas para que "con ayuda de un alumno recién graduado, Orkoulas y yo confirmásemos las opiniones de Yang&Yang", explica Fisher. El trabajo posterior que ahora se publica en la PRL concluye que "las fluctuaciones locales de volumen que caracterizan a los líquidos, en contraste con lo que ocurre en los sólidos, son las responsables de la anomalía", apunta.
¿Para que sirve todo esto? Claudio Cerdeiriña responde de forma gráfica: "El valor de la ciencia básica es incalculable. Cuando publicó sus leyes del movimiento en 1687, Newton nunca se hubiese imaginado que 200 años más tarde el hombre llegaría a la luna aplicando 'las leyes de Newton'. Igualmente, los padres de la mecánica cuántica nunca imaginaron que sus ideas darían lugar a la electrónica y ésta, a su vez, a la informática, que tanto ha cambiado nuestras vidas". La investigación aplicada es importante pero, apunta Cerdeiriña, "la investigación básica, esto es, el conocimiento por el conocimiento, tiene un valor intrínseco incuestionable. ¿Para qué vale, por ejemplo, la poesía? Para el engrandecimiento del espíritu humano. Pues con la ciencia ocurre lo mismo. La diferencia es que la ciencia es menos accesible. Por eso, es preciso progresar en su culturización", expresa el profesor ourensano.
Su colaboración con Michael Fisher y Makis Orkoulas se extiende mucho más allá de la resolución de un problema científico y la publicación del artículo en la RPL. Las estancias en el extranjero que están en el origen de este contacto han revertido muy positivamente en su trabajo como profesor. Los temas de dos de sus alumnos de doctorado en 2009 y 2010 versaron sobre la anomalía Yang-Yang y ambos obtuvieron el premio extraordinario. Precisamente, Claudio Cerdeiriña es uno de los tres investigadores del campus de Ourense que han logrado financiación del Gobierno para una estancia de 3 meses en 2016. Viajará a la Universidad de Cornell, Nueva York, para investigar con Benjamin Widom los denominados "efectos hidrofóbicos". Se trata del mismo lugar en el que Fisher y Widom sentaron en los años 60 las bases de la Teoría Moderna de los Fenómenos Críticos.
