Desde que puso sus pies en la Facultad de Física del campus de Ourense, el ourensano Guillermo Suárez no ha dejado de ascender. Sacó la carrera de cinco cursos en cuatro sin suspender ni un solo examen y con solo 21 años ya fue noticia. FARO publicó en junio de 2013 que recién licenciado, este alumno brillante había sido seleccionado por la Unión Europea para cursar en Alemania un máster en Fusión Nuclear e Ingeniería Física asociado al diseño y construcción de un reactor termonuclear experimental.

Se convertía así en uno de los cuatro únicos becados elegidos entre 4.000 aspirantes de toda Europa. Ese mismo verano, Guillermo hacía la maleta para emprender a miles de kilómetros de su hogar una prometedora carrera científica centrada en acercar la fusión nuclear al terreno comercial.

Su siguiente destino, con 23 años cumplidos, se lo ha ofrecido el prestigioso Instituto Max Planck alemán para la investigación de la física del plasma. El complejo está en Munich y posee uno de los reactores de fusión más importantes del mundo, el Asdex Upgrade. Un sueño para Guillermo, que ya tuvo la oportunidad de trabajar en el Instituto CEA (Comisión de Energía Atómica), en Cadarache, Francia, donde se construye el que será el mayor reactor de fusión del mundo, el llamado ITER. Su deseo no es otro que trabajar en el futuro en esta macro infraestructura cuya misión, tal y como contaba hace dos años, será la de emular la energía de las estrellas para hacer realidad la fusión nuclear y generar una fuente de energía limpia y barata. Pero para ello es necesario producir temperaturas de 100 millones de grados y todavía no se ha logrado desarrollar la tecnología capaz de hacerla viable.

Desde septiembre, Guillermo Suárez ocupa su plaza de estudiante de Doctorado y durante tres años trabajará en el estudio de los sistemas de calentamiento por microondas que tienen los reactores de fusión. Para conseguir la fusión nuclear, explica, "es necesario calentar mucho el combustible que utilizamos. Para ello, se usan diversos sistemas, y entre ellos, el calentamiento por ondas electromagnéticas. Es como si lo calentásemos con un microondas gigantesco, sólo que este proceso es varios órdenes de magnitud más complicado".

El trabajo que desarrolla desde que finalizó precozmente la licenciatura y pasó a ser un caso más del fenómeno "fuga de cerebros" tiene como aplicación directa la mejora de la fusión nuclear como alternativa energética. Tal y como él mismo explica, esta energía está todavía en fase de investigación y "consiste en la unión de átomos de deuterio y tritio, que son isótopos del hidrógeno, para producir Helio y energía". O lo que es lo mismo, "imitar la forma en la que el Sol produce la suya".

Sin efecto invernadero

Lo más importante, destaca, es que se trata de una energía limpia y sostenible, "en el sentido de que los desechos no son altamente radiactivos como sucede en las centrales de fisión nuclear, esas que vemos con las famosas torres de refrigeración que parecen vasos de cemento gigantescos, como las de Ascó o Almaraz".

La energía obtenida de la fusión nuclear que investiga Guillermo Suárez tampoco produce gases de efecto invernadero como el CO2 o el metano, "lo cual hoy en día es altamente crucial", defiende. Y sobre todo, "es una energía virtualmente infinita, ya que los recursos necesarios están disponibles en abundancia, o hasta cierta extensión, son factibles de conseguir en el planeta".

Guillermo Suárez reconoce que aceptó la plaza en el Max Planck "sin muchos miramientos" porque "las posibilidades profesionales son mucho mayores que en España", donde se ha recortado en investigación "y nos vemos obligados a salir de nuestro país para seguir ejerciendo nuestra labor investigadora". Esta situación es "vergonzosa", dice, "ya que todo el dinero que los contribuyentes ponen para seguir manteniendo la Universidad pública, acaba en un agujero. Cuando nos graduamos y por fin podemos devolverle a la sociedad parte de ese dinero con nuestro trabajo, nos encontramos con que no hay becas de investigación ni oportunidades laborales decentes y la única solución es emigrar".