En la visita que cursaron ayer el alcalde y la conselleira de Infraestructuras a Serra San Mamede se comprobó también el mal estado de algunas de las calles de estos barrios de explosión urbanística incontrolada en la década de los 60 y 70, en los que conviven alguna vivienda de nuevo cuño con decenas de inmuebles que han quedado obsoletos y en algún caso en estado de franco deterioro. Las ayudas que se prestan pueden llegar hasta un 35% del total, que el beneficiario rematará tras verificarse la obra.

Una de las reformas que demandan más habitualmente los propietarios de viviendas en las zonas ARI es la instalación de ascensores, según explicó el alcalde. Es una de las peticiones habituales de urbanizaciones completas de cuatro pisos de altura, que se hacían como ocurre con buena parte de edificios de O Polvorín sin ascensor y en las que ahora, por problemas arquitectónicos, el proyecto de instalación suele ser muy costoso. El estado de muchos pavimentos y aceras de esos barrios, como ocurre con la Serra de San Mamede, que ayer visitó la conselleira, podrá mejorarse también desde la administración local con ayuda de estas subvenciones. El concello asumiría el 1,5 por ciento del total, un esfuerzo mínimo.

Las otras demandas habituales son, junto con la reforma interior de pisos y casas unifamiliares, la reforma exterior de fachadas, incluidas las carpinterías externas, muy anticuadas.