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Del saber popular al estudio científico

La labor de toda una vida de Xosé Lois Foxo ha sido la lucha por la dignificación de la gaita, un instrumento que ha evolucionado de las romerías a los conservatorios

Xosé Lois Foxo en la sala de ensayos de la Escola.// Iñaki Osorio

En un pasado no tan remoto, el ourensano que decidía enrolarse en el mundo de la música poco o nada sabía de pentagramas, compases o semicorcheas, sobre todo y casi únicamente si el instrumento elegido era el más representativo de la cultura gallega, la gaita. Los nuevos músicos de antaño aprendían a tocar en su mayoría de oído, observando la técnica más o menos depurada de otros gaiteiros y curtiéndose a base de alboradas y verbenas.

Pero un día todo eso cambió. Fue allá por 1985, hace exactamente 30 años cuando Xosé Lois Foxo decidía revolucionar, con la creación de la Escola de Gaitas, el mundo de este instrumento. Con el nacimiento de este proyecto se agitaban los cimientos dentro de la enseñanza de la gaita: "Creo que a nivel didáctico hemos hecho una buena labor, ofreciendo una enseñanza científica", reflexionaba el director de esta escola en la misma sala de ensayo en la que todavía practican sus alumnos. Cuando se cumplen tres décadas de actividad y con su 65 cumpleaños a la vuelta de la esquina es hora de hacer balance.

"La verdad es que no me imaginaba que fuésemos capaces de hacer tanto en tan poco tiempo" aseguraba en respuesta una valoración a estos treinta años de andadura.

"Hemos recorrido los cinco continentes, llevamos muchas emociones con nosotros, y un montón de anécdotas fantásticas", enumera el director de la Real Banda. Se siente satisfecho: "El trabajo de la Real que yo me propuse inicialmente lo hemos cumplido", asevera. Foxo consiguió transmitir su ilusión por este proyecto a todos los que le rodearon y consiguió lo imposible: "Que niños y niñas que no sabían nada de música, se convirtiesen en los mejores gaiteiros del mundo".

Unos músicos que han estado ante todos los públicos posibles: asiáticos, europeos, africanos americanos, sin olvidarse de Ourense, de Galicia "donde hemos estado desde en la romería más simple hasta el acto más solemne", recuerda Xosé Lois Foxo.

Este músico y docente reconoce que en esos 30 años ha conseguido que "la gente vibre con la presencia de la Real, no solo con su sonido sino también con su estética, construyendo una forma distinta de ofrecer la música, quizá le dimos dignidad a la imagen del gaiteiro, aunque a veces polémica", reconocía este músico revolucionario.

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