Aunque la semipresencialidad ya se implantó el curso pasado, el plan no fue aprobado formalmente hasta el pasado junio. Desde entonces, la facultad ha trabajado en la promoción de esta fórmula que permite al alumnado no asistir a clase siempre y cuando justifique que dedica su tiempo a otra actividad. Susana Reboreda está convencida de que han acertado con esta modificación pues a falta de la llamada de octubre, ya se han matriculado en Xeografía e Historia 33 alumnos de 45 posibles en primer curso. De estos 33, 18 han elegido la semipresencialidad. "Hemos ganado alumnos y estamos esperanzados. Nuestro grado reúne las condiciones para ser realizado por personas con inquietudes culturales e históricas, gente que ya está trabajando y que tiene otro ritmo de estudios. Nosotros le hemos dado la posibilidad, hemos cubierto ese hueco y ahora tenemos que consolidarlo".