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La batalla diaria del transportista

Al sector en la provincia no paran de presentársele retos que hacen más que complicado su día a día, una prueba que no todas las empresas consiguen superar

"Del sector del transporte en Ourense no se vive, se sobrevive", asegura José Manuel Rodríguez que cada día distribuye en su camión agua procedente del manantial verinense de Cabreiroá. Aunque hay algunas empresas que no han tenido ni esa suerte y se quedaban por el camino en estos siete años que dura ya la crisis. Alrededor de cien se calculan desde la Asociación de Transporte de Mercadorías por Estrada de Galicia: "Es una cifra muy probable ya que en toda la autonomía han desaparecido 2.000 y en proporción eso sería lo que le corresponde a Ourense", explicaba su gerente Alberto Vila.

José Manuel, que trabaja como autónomo asegura que se dedican "a aguantar la marea porque la situación se ha puesto de tal manera que resulta imposible subir los precios". Son malos tiempos para estos profesionales que se encuentran con demasiados frentes abiertos ya desde por la mañana cuando accionan el contacto de sus vehículos.

Un día a día en el que son los tacógrafos los que marcan el ritmo. Un instrumento que se ha creado para la seguridad de este colectivo, obligándoles a parar cada cuatro horas y media de conducción. "Se han modernizado mucho, son digitales y ya no te hace falta ni bolígrafo para utilizarlos, pero como le haces ver a una máquina que en el lugar donde te manda parar no puedes ducharte, comer o ni siquiera dormir tranquilo", indicaba Rodríguez.

Y es que una de las demandas de este colectivo es el aumento en las plazas de aparcamiento seguras para los vehículos pesados. Así lo aseveraba Alberto Vila: "Existen lugares pero no cuentan con las mínimas dotaciones de seguridad para evitar los robos que se producen de carburante, mercancías e incluso vehículos, sobre todo en las zonas fronterizas", explicaba el gerente de Apetamcor.

Otro de los problemas derivados de la crisis ha sido el envejecimiento del parque móvil de las empresas. "Sobre todo en el caso de los transportes de corto recorrido vinculados a la alimentación", destacaba Vila. "Los márgenes comerciales non dejaban espacio para maniobrar y la financiación se había reducido por lo que la renovación de los vehículos se hacía imposible", aclaraba.Un problema sobre el que se ha arrojado algo de luz en el último semestre: "En los últimos seis meses hemos visto algo más de alegría en cuanto a la concesión de crédito lo que ha funcionado como efecto llamada para los transportistas, todos se han lanzado a comprar". Una ventaja de la que ya se han beneficiado muchos concesionarios que han vendido más camiones en la primera parte de 2015 que en todo 2014 según fuentes de Apetamcor.

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