La fiscal reclamó ayer una pena de 3 años y medio de prisión para un hombre de 54 años acusado de un delito continuado de receptación y blanqueo de capitales. Lo que hacía Miguel N.B., según mantuvo ayer el ministerio público en el juicio que se celebró en la Audiencia provincial, era recibir en su cuenta bancaria cantidades que después enviaba a Ucrania a través de tarjetas Ukash dando a un intermediario los códigos para poder cobrar.

Este delito informático, que empieza a ser común, se denomina "phishing" y consiste en la obtención fraudulenta de datos de clientes de entidades bancarias para acceder a sus cuentas y poder retirar dinero.

En el caso que ayer llegó a la Audiencia el acusado recibió en la suya dos cantidades en sendas operaciones registradas los días 15 y 16 de febrero de 2010 por importe de 7,783,12 y 5.708 euros. En ambos casos, y a través de las citadas tarjetas, envió el dinero a Ucrania facilitando a una tercera personas las claves para poder cobrar.

En su declaración ante el tribunal, el acusado defendió su inocencia y afirmó que había sido contratado por internet para ese trabajo, desconociendo que lo que hacía era un delito, por lo que su defensa pidió la libre absolución. La fiscal, en cambio, mantuvo en sus conclusiones finales que el procesado era conocedor de la actividad ilícita que realizaba a través de esas operaciones que afectaron a sendos clientes de una oficina del Barclays Bank de Tenerife y al Banco Pastor. Inicialmente fueron acusados también otras dos personas, sobre las cuales se archivó el caso.