El pueblo de Pazos de Arenteiro en el Concello de Boborás se ha internacionalizado desde que abrió sus puertas la "aldea rural turística", con restaurante y hospedaje, impulsada por un emigrante de la zona. Por razones burocráticas no pudo abrir desde el inicio del verano, pero lo hizo el 29 de julio y desde entonces no ha dejado de recibir clientes tanto para dormir allí como para disfrutar de su gastronomía. Por estas instalaciones desde entonces han pasado portugueses, austriacos, ingleses, noruegos, franceses, italianos y más extranjeros. Nacionales han llegado de Madrid, Alicante, Valencia, Vigo, Coruña, entre otros.

El Concello de Boborás apostó porque gente emprendedora se hiciera cargo de la explotación turística y la gestión de cuatro casas rehabilitadas de Pazos de Arenteiro, que ofertan nueve habitaciones y un restaurante que quiere ofrecer platos elaborados con productos de huerta propia, y su propio estilo de elaboración.

Según el promotor de esta aldea turística, Ramiro Fernández Padín, a pesar del poco tiempo y ser poco conocida aún, está registrando mucha demanda, y "todos se van encantados", y así lo muestran con sus comentarios en internet. Ya han pernoctado allí más de cien personas y por su restaurante muchas más.

De hecho, ya está preparando sus jornadas gastronómicas hasta diciembre, con cocido gallego preparado a baja temperatura y jarrete hecho en 32 horas a 65 grados, hará una jornada de setas, un magosto, dos semanas de caza mayor, comidas de empresa, degustación con motivo de las fiestas de la mata del cerdo, cena de Navidad y fin de año con cotillón, ya ha hecho despedidas de solteros y otros festejos, y los que lo desean pueden disponer incluso de un plan personalizado de visitas por la zona.

Pero Fernández quiere dinamizar aún más el pueblo, cuyos vecinos dice están muy contentos, y entre sus planes está tener una feria una vez al mes, mercadillos de manualidades y artesanía, pulperas los domingos, y más actividades.

El pueblo de Pazos de Arenteiro está declarado Bien de Interés Cultural, y ahora es un lugar con atractivo turístico y gastronómico con esta iniciativa puesta en marcha por el Concello y la explotación de este empresario, emigrado a Londres hace 15 años a donde fue a aprender inglés, y puso en marcha un restaurante y luego otro más creando una franquicia bajo el nombre de Tapería. Ahora viene a poner en práctica su experiencia y profesionalidad en este pueblo.