El viernes de la próxima semana se cumplirán 5 meses del crimen de la ourensana Socorro Pérez, que salió de su casa para salir a hacer deporte, sin dejar rastro. En junio, unos amigos de su padre encontraron el cadáver entre la maleza del monte Seminario, cerca de una urbanización. El estado en el que se encontrado ha complicado la resolución del cadáver, sin vestigios para confirmar si fue víctima de agresión sexual ni presencia de ADN ajeno en las muestras forenses.
La Policía, no obstante, sigue investigando y el caso es prioritario en la Comisaría de Ourense, pese al escepticismo de la familia, que criticó la falta de medios y dirección clara tras la desaparición. Ayer, el delegado del Gobierno en Galicia, el máximo responsable en la comunidad de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, aseguró que los agentes trabajan en "varias líneas" de investigación para atrapar al asesino.
Santiago Villanueva, de visita institucional en A Veiga, reconoce que se trata de una "investigación difícil" pero garantiza que la policía sigue actuando "y continuará" trabajando en la resolución de uno de los dos crímenes de este año -el otro, el del párroco de Vilanova, Adolfo Enríquez- que permanecen a la espera de detenciones.
La investigación es responsabilidad de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría Provincial, un equipo que está formado por once agentes. Los primeros análisis forenses complicaron el rumbo del caso, aunque los investigadores aún permanecen a la espera de otros análisis. Desde el principio, las sospechas se volcaron en un conocido de la mujer, sin poder descartar que fuera abordada por un extraño mientras hacía deporte. La Policía preguntó a sus compañeras por un hombre en concreto y cotejó la base de datos de agresores sexuales, sin conexiones. El caso sigue abierto.
