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Ríos Limpos reclama soluciones para los vertidos diarios en el Barbaña

Desde la Confederación Hidrográfica fechan el fin de los problemas en 2020

Miembros de la Plataforma Ríos Limpos en una campaña de limpieza de este cauce ourensano. // I. Osorio

El río Barbaña parece sufrir de contaminación crónica. Día a día se vierten residuos en sus aguas desde varios puntos "de manera indiscriminada y sin que nadie ofrezca una solución a corto- medio plazo", asegura Luis Cid representante de la asociación ecologista Ríos Limpos.

El pasado mes de marzo, una lucecita hacia una posible cura se encendía cuando la Confederación Hidrográfica Miño-Sil presentaba un proyecto para frenar de una vez por todas esta situación que el lecho fluvial lleva sufriendo durante años con fecha límite 2020.

Sin embargo, este proyecto no es suficiente para Ríos Limpos: "Es una dilatación infinita de los problemas ambientales de este río al que se ataca impunemente día si y día también", aseguraba Cid. El problema está en que "se solamente se plantean grande soluciones a largo plazo que tardarán años en hacerse efectivas y que se van sucediendo unas tras otras sin hacerse efectivas, pero no se hace nada ante las denuncias que presentamos diariamente", se quejan estos defensores del medio ambiente. "Todavía estamos esperando a ver los efectos de esos 3,5 millones de euros que se iban a invertir en una canalización más acorde para el río y que tenía como tope 2015 y ahora lo que pretenden es ganar tiempo hasta 2020".

Así mientras los técnicos elaboran los informes necesarios para poner en marcha el proyecto de la CHMS el Barbaña sigue siendo el cajón de sastre en el que acaban litros y litros de aguas sin depurar. "Durante el período estival los vertidos aumentan, y según nuestra experiencia se concentran entre el fin de semana y el lunes", explicaba Cid. Un activista que además asegura que a Ríos Limpos no se le escapa ni uno: "Tenemos un sistema de alertas que nos permite denunciar todos y cada una de estas acciones contaminantes, y así lo hacemos".

Sin embargo, tanto trabajo parece caer en saco roto una y otra vez: "Estamos desangelados y muy enfadados porque ya nos paseamos todas las administraciones posibles y nadie le pone fin a esto si no que no paran de posponer la solución al problema", explicaba Juan Cid.

Una situación que tiene unos culpables. "Todo lo que se arroja al Barbaña son desechos de origen industrial procedentes en su mayoría del polígono de San Cibrao", indican desde Ríos Limpos.

Y señala con el dedo a la depuradora del Concello de San Cibrao: "Le cobran al concello de Pereiro de Aguiar 200.000 euros anuales y no depuran ni sus residuos ni los de ellos", se quejaba Cid.

Pero también ha dado tiempo de alcanzar pequeñas conquistas para mejorar la salud del río más sufridor de la provincia. Así, la Deputación instalaba una serie de cabinas detectoras que se activan cuando el agua porta algún vertido, de metales pesados, por ejemplo, y pasan a aspirar el agua contaminada para que no inunde el resto del cauce. "Una iniciativa que partió de Ríos Limpos y que ha servido para que San Cibrao y Pereiro controlen sus vertidos" , afirmaba su representante.

"También se ha conseguido que se proceda a la instalación de una balsa de decantación a la altura de San Martiño, en Pereiro de Aguiar", explicaba Luis Cid que reconoce que en algunos puntos "se ha mejorado un pelín".

Limia y Lonia

Pero el de este río no es un caso aislado en la provincia: "Si los pusiéramos en una balanza el río Barbaña y el Limia están a un nivel muy parecido en cuanto a su situación medioambiental", reivindican desde Ríos Limpos.

Y por el mismo camino avanza el Lonia. "Un vertido en su afluente, el río Grañal amenaza con convertirlo en el nuevo Barbaña", destacaba el activista. El responsable de este atentado ambiental era el Centro Penitenciario de Pereiro de Aguiar, una infracción por la que pagaban 72,50 euros de sanción. "Por ser competencia del ministerio de Fomento parece que este vertido le sale más barato que los de San Cibrao que acumulan paquetes de multas de 15.000 euros, según quien sea el jefe se paga más o menos ", denunciaban desde esta plataforma ecologista.

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