Silencio y teléfonos móviles sin cobertura. Los mejores amigos del aventurero que cansado de las obligaciones y el estrés del día a día, escoge para desconectar cualquiera de los tres santuarios que la naturaleza tiene en la provincia de Ourense. Dos de ellos, con la excusa de la distancia en esta era de las comunicaciones, son todavía un gran desconocido incluso para los ourensanos.

La provincia alberga en su territorio la mitad de los Parques Naturales gallegos, tres joyas de la flora y fauna autóctonas que se convierten en alternativas originales para las vacaciones en casi en cualquier época del año.

De oeste a este y con más de 35.000 hectáreas para explorar a su disposición, el viajero con sed de increíbles paisajes y hambre de descubrir el propio territorio, encontrará en O Xurés, O Invernadoiro y A Serra da Enciña da Lastra los escenarios perfectos.

Nuestra ruta por las reservas naturales más importantes de la provincia comienza, paradójicamente en la frontera con Portugal. La comarca de a Baixa Limia comparte con el país luso el Parque Natural Baixa Limia- Serra do Xurés, una localización "arraiana" que fue importante centro de comunicaciones en la época romana pues la Vía Nova, que comunicaba Astorga y Braga, lo atraviesa de norte a sur. Los milarios que todavía marcan el camino hacia la vecina Portela do Home así lo atestiguan.

Tierra de vaca cachena y águila real que encuentra en sus árboles el refugio necesario para abandonar el peligro de extinción. Se trata del hermano mayor en cuanto a extensión y sus puntos más elevados rozan el cielo con sus 1.500 metros de altitud. El visitante no debería perderse las aldeas del Couto Mixto, en época medieval un territorio independiente conocido como "la Andorra gallega", ni tampoco la cascada de A Fecha, la más alta de Galicia en época de lluvias.

A poco más de 130 kilómetros de A Baixa Limia se encuentra, en medio del Macizo Central, el concello de Vilariño de Conso, casa de O Invernadeiro. El coche serpentea por las sinuosas curvas que dan acceso al parque. Es uno de los más especiales, ningún humano lo habita, así que para su visita se hace necesario un permiso. Cerca de 6.000 hectáreas de paraíso natural que son hogar de el lobo, el jabalí y el corzo.

Pasado glaciar

Un paseo por O Invernadeiro ofrece la oportunidad de descubrir un circo glaciar, además de una sucesión de cascadas que se precipitan desde lo alto de los barrancos.

Según la estación que escojamos para visitarlo, el paisaje será blanco, el de la nieve que lo cubre en invierno o amarillo y malva por las flores que lo abarrotan cada primavera.

A Serra da Enciña da Lastra es un capricho de la naturaleza situado en el concello de Rubiá, al noroeste de la provincia. Esta tierra tiene características mediterráneas, lo que permite la proliferación de la que es su reina, la encina, además del castaño, el tomillo silvestre y más de 25 especies de orquídeas. Además, a esta sierra la corona la roca caliza, poco común en el paisaje granítico gallego.