El candidato socialista José Ángel Vázquez Barquero se encuentra en una verdadera encrucijada sobre su propio futuro y la decisión que adoptará en el pleno de constitución de la nueva corporación municipal el próximo 13 de junio, en la que se procederá a la elección del nuevo alcalde del Concello de Ourense.

Por lo de pronto, opta por rechazar reuniones para abordar la futura gobernabilidad del Concello y a día de hoy no hubo respuesta a la invitación de diálogo que le hizo el candidato del Partido Popular, Jesús Vázquez, y que sí aceptaron el resto de formaciones políticas con representación, como fue el caso del candidato de Democracia Ourensana, Gonzalo Pérez Jácome, y el de OUrense en común, Miguel Doval, con los que ya mantuvo un primer encuentro con la intención de "tender puentes" y conocer los planteamientos de cada partido, pero dejando claro que deben ser los populares los que gobiernen en minoría.

Los resultados electorales del PSOE en la ciudad el pasado 24 de mayo, que fueron calificados de "desastrosos" -pérdidas de 10.826 votos y 5 ediles, pasando de 11 a 6- por el alcalde en funciones Agustín Fernández en la reunión de la ejecutiva del PSdeG, colocaron al candidato Vázquez Barquero, así como a la ejecutiva local, sobre todo a su secretaria general y número 2 de la lista, Carmen Rodríguez, en el disparadero, al reclamar por parte de la ejecutiva provincial que se asuman responsabilidades y que dejen de "esconderse", con la exigencia expresa de "dar la cara".

De ahí que inmersos en un crisis interna, la postura que pueda adoptar el candidato de cara al pleno de constitución venga marcada por la cúpula del PSOE, tanto de la ejecutiva gallega como de la Federal, que fijará los criterios de los futuros pactos que se puedan dar en los concellos. Y eso que, después de la reunión de la ejecutiva local, en la que no hubo autocrítica ni se plantearon dimisiones, y se limitaron a convocar una asamblea extraordinaria para analizar los resultados con la militancia, la intención de Vázquez Barquero es la de "votar nuestra candidatura", con él como futuro alcalde.

Voto a su candidatura

Un planteamiento que mantiene el candidato socialista después de una reunión que celebraron los integrantes de la candidatura, y aún a riesgo de que puedan terminar contando, a pesar de ser la tercera fuerza política en el Concello, con el apoyo de Democracia Ourensana, posibilidad que no descarta su líder, Pérez Jácome, lo que marcaría el inicio de un mandato de inestabilidad.

Esta cuestión no es considerada especialmente relevante por Vázquez Barquero, a tenor del silencio que mantiene, y que para el resto de formaciones políticas revela la falta de capacidad de decisión que tiene para negociar, y mucho menos para pactar. De ahí que se muestran convencidos de que las pautas y directrices las fije la dirección del PSOE a nivel nacional.

Mientras eso no sucede, y con trece días por delante, antes de que se celebre el pleno de constitución, los focos se instalan en la luchas internas de los socialistas, con cruce de reproches y acusaciones. Unas con la intención de evitar asumir responsabilidades por el batacazo electoral en la ciudad, por parte de la ejecutiva local y el candidato, y otras por parte de los denominados críticos exigiendo un nuevo rumbo, y que pasa por la obligada "purga" de los responsables de la situación.

Las miradas de los que claman por la asunción de responsabilidades se dirigen a lo que aconteció en la agrupación local de Santiago, que ante los malos resultados derivó en la dimisión de la mitad de sus miembros, y la formación de la correspondiente gestora con la que la dirección de los socialistas gallegos pretende reconducir la situación de crisis que se produjo después de la cita electoral, y que se gestó con anterioridad.

En la ejecutiva local de Ourense, el único mensaje que se trasladó después de las elecciones por parte del candidato Barquero fue la de tranquilidad y no pasa nada, y que se analizará con la militancia unos resultados que para unos dan "pavor", y para otros, como el secretario provincial, Raúl Fernández, son "dramáticos" para la organización socialista.

Ante la cascada de críticas y reproches, desde la ejecutiva local se traslada el mensaje de que será la asamblea de militantes fijada para el próximo jueves, 4 de junio, la que marque la toma de decisiones sobre el futuro de la organización en la ciudad. Personas cercanas al candidato, que decidió "desaparecer de la primera línea", aseguran que acatará las decisiones que se adopten por parte de la militancia, así como por los órganos superiores del partido.