Nadie arrebatará a Democracia Ourensana dos fotografías. La primera, con Gonzalo Jácome jaleado por los suyos, capturó la euforia del 24-M, a las puertas de su comercio, tras triplicar votos y cuadruplicar el número de ediles (de 2 a 8 representantes, de 4.529 a 13.451 papeletas). La segunda abrirá la jornada de la incógnita. El sábado 13 de junio, el día para elegir alcalde, DO acaparará la llamada Mesa de Edad, un órgano efímero que comprueba las credenciales de los concejales electos (27 en Ourense) y declara constituida la corporación antes de que se pase a votar regidor. Domingo Castro, el número 5 de DO, y Pablo Prol, el 7, se subirán al estrado al ser los ediles de mayor y menor edad (65 y 23 años).

Cumplido ese trámite, el bastón de mando se adjudicará según resulten las estrategias. La lógica indica que Jesús Vázquez estará al frente de un gobierno en minoría, al ser el PP la lista más votada (16.345 votos, con una caída de 5.219 y 1 edil). Pero en Ourense ya hay precedentes imprevisibles y la política es más difícil que la ciencia, como asentó Einstein.

El cabeza de lista del PSOE, José Ángel Vázquez Barquero, no quiere adelantar sus intenciones más que para afirmar que su grupo, mermado a 6 ediles tras una pérdida de 10.800 votos y 5 representantes, votará su investidura. El líder de DO, Gonzalo Jácome, mantiene su indiferencia por quién sume apoyos siempre y cuando sea el alcalde y pueda desarrollar sus propuestas principales: un parque acuático "que piden todos los niños de Ourense", dijo a Onda Cero, y una rebaja de un 20% del IBI.

Por un lado ofrece a Jesús Vázquez una alternancia entre ambos de dos años y por otro no descarta que su grupo, que hostigó al último ejecutivo socialista con sucesivas denuncias judiciales, también meta en la urna, el día 13, el nombre de Barquero. Entonces 8+6 sumarían 14 y, por mayoría absoluta, el socialista sería regidor. Jácome, que también juega con la opción de postularse en las próximas autonómicas y dar el relevo a su número dos, apuesta por la ambigüedad. "Tengo ases en la manga. Yo al Alcaldía la voy a conseguir; no puedo revelar cómo", dijo en una entrevista a FARO.

En el tramo final de la campaña se filtró que el sector del PP próximo a Baltar había sondeado un posible acuerdo con Democracia Ourensana. Jácome no desmintió "ni pactos ni avistamientos OVNI", y empleó un símil entre la candidata del BNG -que se hizo eco de supuestas reuniones hasta la madrugada- y la prostitución, que encendió las redes. Tras el 24-M los entornos no despejan las intrigas, mientras se apuntan a encuentros más o menos casuales del líder de DO con el expresidente Baltar o el principal referente de los concejales díscolos del PSOE, Pachi Vázquez.

Los aparatos provincial y local -uno saca pecho por los mejores resultados en el rural y otro acusa a los díscolos de obstaculizar la campaña y "acarretar" por DO- siguen reproduciendo la crisis del socialismo ourensano, una de las representaciones de un último mandato convulso, donde el bloqueo y la tensión superó a los proyectos. Jácome y, en menor medida, Ourense en Común, acogieron a los descontentos del último partido de gobierno, aunque los de Jácome, atendiendo a la distribución del voto, sacaron rédito del voto de castigo de la división. En el entorno urbano del barrio de A Ponte, feudo socialista por antonomasia, fueron primera fuerza.