Además de un viñedo que ya divisa septiembre, en un amplio solar que rodea una vivienda unifamiliar en la que vive solo -su esposa está en Suiza, donde el matrimonio vivió emigrado-, Bernardino García tiene una finca en la que recluye a dos de sus caballos, al otro lado de la carretera de asfalto que lleva a su casa en Canivelos, un núcleo de casas que siembran el monte de la periferia este de Ourense, con vistas privilegiadas a la ciudad.

Al hombre, natural de Paderne de Allariz, de 72 años, le extraña que el lunes los dos caballos no estuvieran en el cercado. "Les abrieron y sabían que esta pista llegaba a la puerta de mi casa; estaban bien informados", casa el septuagenario. Por el camino que menciona se dieron a la fuga los dos asaltantes que intentaron, sin éxito, atracarlo a punta de pistola y escopeta recortada. Varias coincidencias levantan sus sospechas. "No tengo pruebas para afirmarlo ni lo he visto", dice, pero en su fuero interno sospecha que los dos atracadores fueron a por él por las supuestas indicaciones de un hombre de la zona que en el pasado lo acusó de violar a su hija.

Mientras uno de los atracadores ha declarado a la Policía que acudían a declarar una deuda, Bernardino asegura que no expusieron motivos a la hora de exigirle el dinero. Aproximadamente a las 4 del lunes, el septuagenario hablaba por teléfono con su mujer. Escuchó el timbre del portalón del cierre de su propiedad.

La puerta, como ayer durante la visita incesante de periodistas, no estaba cerrada. Los atracadores, en todo caso, no se hicieron ver hasta que el dueño no llegó al umbral. "En ese momento se presenta un encapuchado y otro estaba escondido más atrás, junto a unos pinos. En esto sale y me dice que entre. Yo le pregunté que por qué tenía que entrar o salir por la fuerza si era mi propiedad".

"¡Mira que eres gilipollas!"

Esa fue la actitud que la víctima del atraco fallido del lunes mantuvo durante toda la secuencia. "Me pidieron que les diera la cartera y yo le dije, ¡mira que eres gilipollas, pero si tengo 50 o 60 euros!, enseñándolas. Ahora me la guardo en el bolsillo y me la quitas si quieres".

Bernardino, que fue boxeador en Suiza y además es aficionado la caza, dice que no existía el miedo. "Nada de miedo, volvería a reaccionar igual". Como recoge el atestado policial, respondió a una amenaza de muerte diciendo que "por mí puedes matarme, ya he vivido 72 años". Un día después de los hechos, ayer, mostraba la seguridad de que "volvería a hacerlo".

Convicción no le faltó, según su relato de los hechos. El azar quiso que dos vecinas de la vivienda de al lado pasaran por delante en su vehículo y descubrieran la escena. "Se echaron a correr de repente, y yo tenía la intención de ir a buscar la escopeta a casa para ir detrás de ellos, pero la policía me dijo que los profesionales eran ellos y que los dejara encargarse a ellos". Los agentes de Comisaría cumplieron con creces. Localizaron y cortaron el paso a los dos individuos, cuando ya habían llegado a su furgoneta en una pista forestal situada cerca de la nave de una constructora, en A Lonia.