Yolanda Prezado, verinense de 37 años, forma parte del grupo de científicos excelentes formados en España pero que desarrollan su potencial científico fuera del país, lo que ella misma denomina "ciencia extranjera hecha por españoles".

Especializada en radiofísica hospitalaria dejó un puesto en el servicio de Radioterapia de Pamplona para trabajar en el desarrollo de nuevas técnicas en el tratamiento del cáncer en la European Synchrotron Facility de Grenoble, Francia. Era una oferta temporal y su idea era regresar pero se quedó e inició una trayectoria imparable que le llevó a obtener la plaza de funcionaria como científico titular en el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (CNRS), el CSIC español, y a dirigir en este momento el desarrollo de nuevas técnicas de radioterapia en ruptura con el tratamiento estándar.

El mismo año que fichó por el centro de investigación más importante de Francia, le concedieron en España un contrato Ramón y Cajal pero tras meditarlo lo rechazó: "Desgraciadamente no ofrece lo prometido: estabilidad al cabo de los cinco años", justifica. Así que se quedó y pasó a formar parte del grupo de científicos de máximo nivel. "Estoy emigrada, cierto, pero no me puedo quejar porque se me han brindado muy buenas oportunidades como el hecho de poder crear y dirigir mi propio equipo de investigación y elegir las líneas que más me interesan, algo que en España sería muy difícil".

Su elección ha sido la mejora del tratamiento del cáncer y la radioterapia representa en la actualidad un papel protagonista. La mitad de los pacientes reciben este tratamiento en el transcurso de su enfermedad pero a pesar de los "espectaculares" avances que se han producido a lo largo de las últimas décadas, "la dosis de tolerancia de los tejidos sanos adyacentes al tumor sigue constituyendo la principal limitación de la RT", explica Prezado. Circunstancia "especialmente dramática" en el caso de tumores radioresistentes, como los gliomas o los tumores pediátricos.

De ahí que esta ourensana se haya interesado en abrir nuevas líneas de investigación médica desde el campo de la física nuclear. "La física y la biología están íntimamente ligadas en radioterapia", explica. En particular, los parámetros físicos de la radiación como el tipo de haz o el modo de deposición de la dosis, tienen un impacto directo en el efecto clínico de la radiación, lo cual, apunta Prezado, "aun no ha sido realmente explotado". La estrategia del grupo científico que dirige consiste en emplear modos de deposición de dosis novedosos para beneficiar los tratamientos.

Las técnicas que exploran están en fase preclínica pero ya hay avances. Por el momento han conseguido aumentar el tiempo de vida en animales portadores de glioblastoma multiforme, un tipo de tumor cerebral muy agresivo. Y lo que es más prometedor, añade: "hemos visto un aumento exponencial de las dosis de tolerancia del cerebro sano y que el tejido cerebral logra repararse".

Ante estos avances, Yolanda Prezado cree que será posible aumentar las dosis en tumores cerebrales radioresistentes "muy por encima de lo que se puede en radioterapia convencional, lo cual incrementa la probabilidad de cura y ofrece una esperanza a casos sin tratamiento eficaz con los métodos convencionales".

Además, concluye, la preservación del tejido nervioso permite volver a radiar en casos de tumores recurrentes y "abre la puerta a un tratamiento más seguro de los tumores pediátricos cerebrales", un campo en el que la radioterapia está mucho más limitada "por las graves consecuencias que puede tener la radiación en el desarrollo del sistema nervioso central".