En la Comandancia de la Guardia Civil y en la Jefatura Provincial de Tráfico defendieron ayer la actuación del agente del instituto armado que instruyó el boletín de denuncia. El guardia observó una infracción del artículo 18.1 del Reglamento General de Circulación. Las fuentes sostienen que la versión manifestada por la joven, que negó haber desatendido la circulación por recibir un beso, tampoco se ajusta exactamente a la escena que observó la patrulla antes de dar el alto al vehículo. El beso, afirman, duró más que un instante y sí afectó al rumbo de la conducción.

En el boletín se justifica la multa de carácter leve y una cuantía de 80 euros en que la chica "mantenía relaciones cariñosas con el acompañante", lo que a criterio del agente impide la "propia libertad de movimientos". Aunque fuentes reconocen la "ambigüedad de este artículo", también reflexionan: "¿Qué podría suceder si como consecuencia de la distracción se produce un accidente?".