José Antonio Feijóo, alcalde de un concello de A Limia que también se llama Baltar, sabe lo que es el trance del banquillo que soporta el expresidente en medio de su retiro de jubilado. El regidor vivió una "odisea". Fue juzgado después de otra denuncia del PSOE y salió absuelto del proceso. Como José Luis Baltar, sigue de baja en el PP.

Con unas elecciones locales a un año vista, Feijóo no tiene "prisa" -un término que repite-por volver a militar en el partido por el que en su día dejó Coalición Galega para sumarse al baltarismo. El alcalde, uno de la docena de munícipes que ayer testificaron en el juicio de los 104 contratos, se mostró fiel al acusado. El expresidente "es una persona que se dejó desbordar por su bondad", declaró a los periodistas. Según opina, "su deseo de querer complacer a todos y corregir los problemas de manera urgente, a lo mejor hizo que el trámite administrativo no fuese el más adecuado".

El día de las conclusiones

La semana de vista por la presunta prevaricación de Baltar concluye hoy con el resumen de argumentos. Después del interrogatorio del acusado que tuvo lugar el lunes, de las declaraciones de los funcionarios de control que lo inculparon, así como el desfile de medio centenar de testigos, las acusaciones y la defensa realizarán hoy sus planteamientos finales.

El fiscal jefe de Ourense, que desencadenó el caso con una querella tras investigar la denuncia del PSOE, abrirá el turno de informes esta mañana. A continuación, intervendrán el letrado de la acusación socialista y del sindicato Manos Limpias. El informe final corresponde al abogado del expresidente.

El juicio no quedará visto para sentencia sin que la juez dé a José Luis Baltar la oportunidad de expresarse de nuevo. Tras modificar, el miércoles ante los periodistas, la versión de cómo se produjo la asignación de los 104 contratos, el acusado dispone del turno de última palabra establecido en la ley. El tiempo está limitado a una intervención breve. Finalizado el acto, la juez resolverá si el expresidente, inhabilitado a sí mismo tras dejar el cargo, como él dijo, es culpable.