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Baltar admite que "daba nombres" para los contratos

El expresidente de la Diputación de Ourense culpa a los técnicos por no haberlo advertido ni hacer reparos

El expresidente de la Diputación y del PP de Ourense, José Luis Baltar Pumar, aprovechó la primera sesión del juicio que se sigue contra él por prevaricación para asegurar que no tiene la culpa de que en su día los técnicos no le hubiesen avisado de que los contratos laborales debía publicitarlos. Baltar padre achacó a escalafones inferiores la responsabilidad de 104 contratos tramitados en 2010, por los que se le acusa de un delito de prevaricación administrativa continuada.

Un extremo, no obstante, que rechazó el responsable de Recursos Humanos al atribuir a su entonces jefe toda la decisión de incorporar a este personal eventual, que era "necesario", sin convocatoria pública. "Estaba convencido de que las cosas se estaban haciendo bien", declaró desde el banquillo Baltar Pumar en distintos momentos de su declaración ante la jueza de lo penal.

La Fiscalía lo acusa por la práctica de presuntos enchufes que durante años avivaron las denuncias de la oposición. El expresidente, que no se expone a más condena judicial que una inhabilitación sin efectos prácticos, rehuyó en su interrogatorio que cometiera ilegalidad alguna, al menos conscientemente, a la hora de contratar en un periodo muy concreto: entre enero y marzo de 2010, coincidiendo con el antes y después del congreso del PP ourensano en el que dos familias del partido se enfrentaron en una guerra abierta y triunfó la sucesión de Baltar padre a hijo. Empleos de auxiliares, peones, limpiadores, porteros, monitores. El acusado culpa a los técnicos por no advertirlo ni formular reparos, argumenta. Aunque alguno reveló conversaciones previniéndolo.

La Diputación albergaba hasta 300 altas temporales al año. Los 104 contratos temporales realizados por el exbarón entre enero y marzo de 2010 se acometieron por urgencia, "plenamente convencido", según su versión, de que "las cosas se estaban haciendo bien" y los procedimientos "eran correctos". El expresidente, que no quiso responder a los abogados de PSOE ni Manos Limpias, se atribuyó una "criba" de los aspirantes, dando los nombres de determinadas personas para los contratos pero sin asignarles los puestos, tal y como adujo.

El fiscal, que interrogó al expresidente durante casi 1 hora, sostiene en su escrito de acusación que Baltar "conocía la absoluta ausencia de procedimiento de contratación y quería de manera directa que fuesen unas personas, y no otras, la que ocuparan los puestos". El juez instructor concluyó que "la mayoría de las personas contratadas" tenían "una vinculación directa o indirecta con el PP" y fueron elegidos aquellos que "le vinieron en gana". Testimonios como el de jefe de Personal de la Diputación, José Luis Suárez, apuntan a que el acusado elegía a los aspirantes a dedo. Pero Baltar no se identifica con el enchufismo. "No asignaba puestos, nunca. Estos eran producto de la negociación del jefe de Recursos Humanos con los encargados de servicio".

Según manifestó, miraba los currículos de demandantes de trabajo que llegaban a su mesa, iba "escogiendo al analizarlos", hacía "una selección genérica" y después "daba los nombres" para que los jefes de cada área, en coordinación con el responsable de Personal, convinieran el destino. Como ejemplo, dijo que manifestaba a Personal que "en el momento en que haya contratar a alguien, puedes contar con este".

El expresidente matizó que "el 90% tenían muy poca cualificación y valía cualquiera". La mayoría de aspirantes era personal asiduo en la Diputación de Ourense. Tal y como analizó este periódico, una treintena de los supuestos enchufados eran cargos del PP o familia directo. Había concejales, candidatos, hijos y otros parientes.

Los interesados se enteraban casi por intuición, porque no existió convocatoria pública de los 104 contratos. Baltar justifica que "a principios de año, con la aprobación del nuevo presupuesto, todo el mundo sabía que se producían nuevas contrataciones y hasta los bedeles se lo explicaban a todo el que venía".

La oleada que investiga la justicia la sacó adelante por el cauce de urgencia, en un contexto de restricciones estatales por el déficit, y saltándose según el fiscal la propia ordenanza que él había aprobado en 2004 ("tengo que reconocer que no la leí", apuntó), porque había una "apremiante e imperiosa necesidad de personal" que había que atender de forma "inaplazable". Sostuvo que así cumplía a las peticiones de sus jefes de servicio que, como su exnuera, la gerente del Teatro Principal, empezarán a declarar desde esta mañana.

A mediados de 2009, situó el último barón del PP, los problemas de tesorería obligaron a la Diputación -que llegó a acumular 1.000 trabajadores en las época de mayor gasto en personal- a efectuar más de 120 ceses de contratos temporales. Fue en ese contexto de "déficit" de personal, en el que los encargado de área manifestaron sus necesidades.

De las peticiones de los encargados salieron los 104, salvo en una veintena de puestos "urgentes e inaplazables" que fueron a parar a concellos del rural por decreto tras la supuesta demandas de alcaldes. No consta ninguna solicitud por escrito. El expresidente asegura que las solicitudes de los munícipes eran constantes y que él no se movía por ideología política. El jueves están citados a declarar una docena que recibieron personal. Todos, menos el de Maceda (CxG), que en la instrucción negó a FARO haber solicitado trabajadores, son del PP. Baltar también dejó claro que "ningún concello de PSdeG o BNG se dirigía a mí para pedir personal necesario".

José Luis Baltar desvió las irregularidades en el centenar de contrataciones al escalafón técnico, a los expertos que configuraban su red de seguridad. Culpó a los funcionarios de su círculo de gestión: el interventor -que acreditó la inexistencia de fiscalización previa- y, fundamentalmente, al secretario y al responsable de Recursos Humanos; este último (más completo en el despiece de esta información) el que más lo comprometió ayer. El expresidente "confiaba" en su criterio y dejó una máxima: "En 22 años en la Diputación, nunca tuve ningún reparo de intervención y secretaría en cualquiera de mis actuaciones".

Los contratos a los 104 se restringieron a personas concretas. No había convocatoria para que cualquiera pudiera acceder. Baltar dice que "no sabía que había que hacer publicidad; nadie me avisó", en línea con un mismo argumento. Vistas las consecuencias de aquel aluvión de altas temporales "para mí que se les pasó", en alusión otra vez a sus técnicos. Reforzó su enfoque de defensa con el hecho de que, tras pedir el PSOE un informe sobre las primeras contrataciones, "no se pone ningún reparo y yo entiendo que se puede seguir". Baltar estaba "plenamente convencido" de que obraba bien.

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