En las riberas termales del Miño ayer parecía verano. Decenas de personas procesionaron hasta las diferentes zonas de baño con mochilas cargadas con toallas, refrescos y protección solar para disfrutar de un atípico Jueves Santo en el que las temperatura no solo superaron los 30 grados en la capital sino que en algunos lugares de la provincia, como Arnoia, llegaron a los 33.

La provincia seguirá hoy bajo la influencia del anticiclón con la previsión de alcanzar otra vez los 30 grados pero con nubes y probabilidad de chubascos durante la tarde. El anticiclón que ha permitido unas vacaciones de Semana Santa de sol y playa se despide el fin de semana, en el que se prevé una bajada brusca de las temperaturas y alternancia de lluvias.

Pero entretanto, los ourensanos aprovechan hasta el último rayo de sol anticipándose al verano en una primavera cálida y seca tras largos meses con el paraguas a cuestas.

La jornada de ayer fue excesivamente calurosa, con 31,2 grados de máxima en la ciudad de As Burgas y un salto de más de 23 grados en pocas horas después de registrar una mínima de 8,7º. La localidad que ayer batió el récord de calor en Galicia es Remuíño, en Arnoia, donde la estación agrometeorológica marcó 33 grados de máxima, 25 por encima de la mínima. Le sigue Leiro, siempre en competencia con este municipio en cuanto a temperaturas, con 32,3 grados. En la misma comarca de O Ribeiro, Castrelo superó también el umbral de los 30º al marcar 31,4. Vilamartín llegó a los 30,2 y Verín y Rubiá se acercaron a los 29.