Una de las cuestiones que dificulta la ejecución de estas obras de mayor calado, incluidas en esta primera fase del Plan Director del Chuo, es que se llevarán a cabo dentro de un recinto hospitalario con 800 camas permanente ocupadas, lo que que obligará a las empresas adjudicatarias a seguir un férreo protocolo de medidas para minimizar ruidos y polvo durante el traslado de material y escombros.

De ahí que una de las obras prioritarias será el trazado de viales alternativos a los actuales, para que el material de construcción y derribo, no confluya con el tránsito de pacientes y personal y material sanitario en general.

El proyecto obliga además al Sergas a reestructurar el reparto y distribución de oficinas y personal de administración, vital para la buena marcha del servicio sanitario y que no haya colapsos. Pero el primer reto ahora es iniciar cuanto antes las obras incluidas s en el proyecto pues en 2015 rematan los beneficios de este generoso programa europeo de ayudas para innovación hospitalaria.